Entrevistas

Tras el golpe de Estado militar ocurrido en 2009, Honduras sufrió el incremento del militarismo en su territorio, acompañado por la creciente dependencia económica del mercado financiero internacional. Ésto trajo serias consecuencias: la precarización de la vida, la profundización del racismo, la migración interna y externa, la corrupción, el narcotráfico y el aumento en las tasas de homicidios y femicidios.

La militarización de la vida ha perjudicando especialmente a niños/as y adolescentes, aumentado los casos de violencia sexual, también asociada al aumento del trabajo infantil, según informa el “Diagnóstico de Honduras sobre el aumento del poder de las trasnacionales en los sectores de la energía y/o agropecuario”*, desarrollado por el Movimiento Madre Tierra – Amigos de la Tierra Honduras.

En entrevista con Radio Mundo Real acerca de ese diagnóstico, el doctor Juan Almendares, asesor de la organización, expresó que “los principales impactos socio-ambientales se reflejan en el agua, sobre todo porque afectan las cuencas hidrográficas, especialmente el agua de las comunidades. Afecta la vida total de la comunidad, en el trabajo, en la siembra y también en la misma relación humana, y es muy humillante para las comunidades no tener agua, mientras tienen agua las empresas hidroeléctricas y otros sectores de mayores recursos, es decir, los terratenientes”.

Tierra para quien la pueda comprar

En los últimos años los sucesivos gobiernos de Honduras han favorecido el acaparamiento de tierras. La situación actual, según el diagnóstico recopilado por Madre Tierra, muestra que el 5 por ciento de las unidades agrícolas controlan el 61 por ciento de la superficie de tierra que puede ser producida, mientras que el 71 por ciento de las unidades solo ocupan el 9 por ciento del área agrícola.

En este mapa, el 86 por ciento de las mujeres rurales no tiene acceso a la tierra en Honduras. A su vez, “la Ley de Propiedad de 2003 no garantiza de manera adecuada la naturaleza colectiva ni el carácter imprescriptible, inembargable e inalienable de las tierras indígenas y tribales ,como está reconocido en el derecho internacional, hecho que pudiera facilitar el despojo de las tierras garífunas”, expresa el informe de Madre Tierra.

Al ser consultado acerca de la actuación de las empresas trasnacionales en su país, Almendares respondió que “tienen mucha protección al no existir tratados vinculantes, es decir que tengan el apoyo legal, que respalden los derechos de los pueblos. Las legislaciones más bien favorecen a los países capitalistas dueños de estas empresas y violan todos los principios éticos de la vida. Se trata de la Dictadura del mercado total que gobierna el proceso de globalización y genera acumulación de capital por despojo, desplazamiento de las comunidades, violación de toda clase de derechos humanos. Estamos luchando para que existan mecanismos legislativos que hagan a estos tratados tener un carácter vinculante”.

Trabajadoras de lo invisible

La redacción de la Constitución hondureña hace referencia a los derechos de un hombre genérico, que oculta a las mujeres e identidades disidentes ante la ley. Según Madre Tierra, debido al “predominio de concepciones patriarcales/machistas tanto de los actores estatales como de las dirigencias de los movimientos sociales”, los derechos de las mujeres no son reconocidos, al igual que su trabajo, y las mujeres han quedado históricamente por fuera de la toma de decisiones.

Los aportes de las mujeres hacia la soberanía alimentaria del país son incuestionables. En la gestión de sus tiempos combinan las tareas de reproducción de la vida con los trabajos asalariados. Así se explicita en el Diagnóstico de Madre Tierra con cifras que no dejan lugar a dudas: en el sector agroexportador, los rubros que generan más divisas son el café y el banano; allí las mujeres representan el 60 y el 40 por ciento de la fuerza de trabajo respectivamente, abordando diversas tareas. Algo similar ocurre en las tareas vinculadas a la ganadería, tanto de gran como de pequeña escala.

Por otra parte, en las fincas las mujeres suelen encargarse del procesamiento de productos para el desarrollo de agroindustrias caseras y artesanales, en pequeña y mediana escala. “Su aporte al valor agregado de la producción en nivel de finca resulta estratégico, porque es la mujer la que conoce y maneja prácticamente todo el proceso de transformación y elaboración de los productos alimenticios”.

En la ley de Reforma Agraria de 1960 se logró el reconocimiento de las mujeres como beneficiarias de la tierra, que antes solo se le otorgaba a los hombres y sus hijos varones. No obstante, falta avanzar mucho en el otorgamiento real de tierras a las mujeres, y especialmente a las mujeres rurales.

Las hondureñas son además quienes sostienen las luchas frente a las consecuencias del cambio climático en el país y de las políticas de explotación y despojo. Tienen una profunda historia de organización y movilización por la tierra y los recursos naturales para la medicina comunitaria, los viveros de reforestación y la agricultura orgánica.

Cuerpo de mujer, territorio de lucha

De 2010 a 2012, 684 mujeres fueron procesadas por luchar por la tierra en Honduras, cifra que un año después superó las 700. La violencia encarnada por el Estado y otros actores afines al proyecto extractivista no se limita solamente a los procesos judiciales. Las defensoras de la vida deben enfrentar persecuciones, amenazas, desalojos violentos, estigmatización mediática y un persistente hostigamiento a través de la militarización de sus fincas, incluso con asesinatos como el de la dirigente Berta Cáceres, que llamó la atención mundial. Luego de ese caso hubo otros siete asesinatos de defensoras de la tierra y los bienes comunes.

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* A fines de 2021 Amigos de la Tierra América Latina y el Caribe (ATALC) realizó una publicación donde recopila informes diagnósticos de ocho países de la región referidos al aumento del poder de las empresas transnacionales en los sectores agropecuario y energético. Además, profundiza en las políticas públicas y cambios normativos que han impulsado esta concentración de poder.
El informe “Resistencia al aumento del poder de las transnacionales en América Latina y el Caribe” recoge relatorías de México, Honduras, Colombia, Argentina, Brasil, Ecuador, El Salvador y Costa Rica, realizadas por los grupos de base de Amigos de la Tierra en cada país.
En este compilado se observan tendencias generales, actuales e históricas en la región, que han permitido el avance de las transnacionales. Entre ellas se encuentran: escenarios antidemocráticos, de militarización y criminalización de la lucha social, lobby y presión política por parte de las empresas, liberalización del comercio y las inversiones, afectaciones directas sobre las mujeres, procesos de despojo y desplazamientos forzados.
Radio Mundo Real propone un repaso por los diagnósticos de cada país a través de entrevistas a los/as referentes de las organizaciones de ATALC involucradas. Accede aquí a todas la notas y entrevistas.
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