El informe del IPCC no deja lugar a dudas sobre el cambio climático
Entrevista con Dipti Bhatnagar, coordinadora del programa de Justicia Climática y Energía de Amigos de la Tierra Internacional
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) presentó el 9 de agosto el informe “Cambio Climático 2021: bases físicas”, que es el primero de una serie de reportes que integran el 6º Informe de Evaluación del órgano de Naciones Unidas encargado de evaluar los conocimientos científicos relativos al cambio climático. La síntesis del informe completo estará lista en el segundo semestre de 2022.
Muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes «en cientos de miles de años» y algunos de los que ya se están produciendo, como el aumento continuo del nivel del mar, «no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios», advirtieron los expertos.
Es que el calentamiento global ha registrado un aumento más rápido desde 1970 hasta hoy que en cualquier otro período de 50 años durante los últimos dos milenios. Según estas proyecciones, si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero de forma inmediata, rápida y a gran escala, el planeta llegará a elevar su temperatura entre 1,5°C y 2°C, un límite que no se esperaba superar antes de que termine el siglo XXI, según el Acuerdo de París. “El cambio climático ya afecta de múltiples maneras a todas las regiones de la Tierra. Todo aumento del calentamiento exacerbará los cambios que estamos experimentando”, declaró el Copresidente del Grupo de Trabajo 1 del IPCC, Panmao Zhai.
La coordinadora del programa de Justicia Climática y Energía de Amigos de la Tierra Internacional, Dipti Bhatnagar, dijo a Radio Mundo Real que “el informe IPCC confirma gran parte de los datos científicos en torno al cambio climático que ya conocíamos: necesitamos reducciones muy urgentes, inmediatas, rápidas y a gran escala de las emisiones de gases de efecto invernadero, para tener alguna posibilidad de mantener el calentamiento por debajo de 1,5º C”.
Pero, para la ambientalista, no se trata sólo de hablar de esa cifra de 1,5º C en forma abstracta. Actualmente estamos viendo cómo los impactos climáticos están ocurriendo a nuestro alrededor en forma evidente:
«Estamos viendo un aumento de las sequías, de las inundaciones, de los incendios forestales, y la vida de las personas está completamente patas arriba. Esto está ocurriendo con el actual aumento de la temperatura de 1,1 grados, así que cuando decimos 1,5 es el límite absoluto. Ningún aumento de la temperatura es justificable, pero si superamos los 1,5 grados de aumento de la temperatura global, va a ser muy catastrófico para algunas de las personas más pobres y vulnerables del mundo, y eso, desde nuestra perspectiva, es completamente injusto. Así que tenemos que exigir justicia climática, lo que significa que tenemos que detener el aumento de la temperatura para poder detener la crisis climática”.
No es solo cuestión de temperatura. El informe del IPCC también deja muy clara la influencia humana que ha provocado impactos socioambientales. «Las diferentes regiones del planeta experimentan distintos cambios que se intensificarán si aumenta el calentamiento», indica el IPCC. Por ejemplo, cambios en la humedad y la sequedad, los vientos, la nieve y el hielo, las zonas costeras y los océanos; cambios en los patrones de precipitaciones, con probabilidad de que aumenten en latitudes altas y disminuyan en regiones subtropicales; las zonas costeras experimentarán un aumento continuo del nivel del mar a lo largo de este siglo, lo que contribuirá a la erosión costera y a que las inundaciones costeras sean más frecuentes y graves en las zonas bajas; habrá derretimiento de los glaciares y los mantos de hielo. En las ciudades se prevén aumentos de olas de calor y de inundaciones por lluvias intensas o aumentos repentinos del nivel del mar.
«Una reducción sustancial y sostenida de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero permitiría limitar el cambio climático», asegura este informe que fue aprobado por los 195 gobiernos miembros del IPCC. Aunque con estas medidas las mejoras en la calidad del aire serían rápidas, el reporte advierte que «podrían pasar entre 20 y 30 años hasta que las temperaturas mundiales se estabilicen».
«La forma en que el cambio climático ha intensificado el ciclo del agua, trayendo lluvias más intensas en algunas regiones y sequías más intensas en otras, o el cambio en los patrones de lluvia. Por supuesto, todo esto afecta a las personas que están cultivando sus propios alimentos y cuidando de sí mismos en los territorios, y la injusticia de esto es realmente insuperable. Por eso siempre hemos dicho que la crisis climática es tan intrínsecamente injusta, porque impacta a aquellas personas que no crearon la crisis, las impacta más y las deja con la menor cantidad de recursos para poder hacer frente a la crisis. Por eso pedimos que se acabe con la energía sucia y con el consumo, la producción y la quema de combustibles fósiles, porque eso es lo único que va a reducir las emisiones de carbono».
Desde Amigos de la Tierra denuncian a los países que siguen apoyando la extracción de combustibles fósiles y a las corporaciones que siguen financiando la destrucción de nuestro planeta.
«Al mismo tiempo, tenemos que tener mucho cuidado con las llamadas falsas soluciones –agrega Dipti-, que crean y profundizan otras crisis. Estamos viendo muchos países y corporaciones hablando de sus compromisos de cero neto. Lo que realmente intentan es encontrar una excusa para seguir contaminando, porque dicen «no te preocupes, secuestraremos el carbono del aire». ¿En las tierras de quién, en los bosques de quién van a secuestrar ese carbono? Van a ser nuestras comunidades del Sur Global; van a venir a por nuestras tierras y bosques, y por eso tenemos que oponernos realmente a este cero neto y tenemos que pedir un cero real«.
¿Qué significaría llegar a un «cero real»?
«Necesitamos detener la expansión de los combustibles fósiles. Necesitamos tener una transición justa y feminista con los principios de la democracia energética y de la soberanía energética. Considerar la energía no como una mercancía, sino como un derecho humano para todos. También necesitamos derechos para las comunidades, por lo que las emisiones basadas en la tierra, con la agricultura industrial que produce una enorme cantidad de emisiones, necesita ser abordada ya y necesitamos tener derechos para las comunidades que están cuidando de los ecosistemas de los que forman parte. Necesitamos exigir servicios públicos. Necesitamos exigir que se reconozca el trabajo de cuidados, lo que significa una reorganización de nuestra economía. Necesitamos exigir reglas vinculantes para las corporaciones transnacionales y derechos para los pueblos. Estas son las cosas que llamamos verdadero cero o “cero real” y el informe del IPCC nos ha dado una buena oportunidad para recordarnos que científicamente ya no hay dudas de que el cambio climático está ocurriendo y realmente necesitamos presionar en este momento para detener la energía sucia y los combustibles fósiles. Necesitamos detener todas las falsas soluciones y presionar por un cambio de sistema«.