La actividad agrícola en Palestina, fundamental para la economía nacional y ya deteriorada por los ataques militares y el bloqueo de Israel, se ve agravada ahora por la Covid-19 y las medidas gubernamentales para enfrentar esa pandemia, como el encierro de la población.

“Los/as agricultores/as palestinos/as de pequeña escala no pueden acceder a los insumos agrícolas necesarios, a las tierras ni a los mercados debido al encierro” determinado por el gobierno para hacer frente a la Covid-19, dijo a Radio Mundo Real la activista del Grupo Palestino de Hidrología, Samar Khuzundar.

“La pandemia ha impactado negativamente en las ya difíciles condiciones socioeconómicas palestinas, lo que amenaza con más consecuencias devastadoras en la seguridad alimentaria y los medios de vida de las poblaciones musulmanas y árabes, incluidos/as los/as pequeños/as agricultores/as”, dijo la también máster en Ciencias Ambientales y del Agua, y residente de la Franja de Gaza.

El Grupo Palestino de Hidrología es una de las organizaciones que integra la red ambientalista PENGON – Amigos de la Tierra Palestina. PENGON fue fundamental para concretar la entrevista con Samar. Ese apoyo a Radio Mundo Real se enmarca en su trabajo en defensa de los derechos humanos en la Franja de Gaza, en cooperación con la fundación Heinrich Böll.

En la charla con Radio Mundo Real Samar dejó claro que desde 1970 el sector agrícola de Gaza se deteriora rápidamente por las prácticas israelíes, y que se agravó aún más con el bloqueo y las restricciones “interminables” que impuso, por ejemplo sobre el acceso a la tierra. “Gran parte de las tierras agrícolas y de pastoreo de Gaza se sitúan cerca de la frontera con Israel. Esto significa que los/as agricultores/as palestinos/as tienen prohibido llegar a sus tierras y aquellos/as que entran a esa zona de amortiguación ponen en riesgo sus vidas porque pueden ser reprimidos a balazos”. Además, esas tierras cultivadas pueden ser invadidas en cualquier momento por los tanques de guerra israelíes u otras máquinas de esa potencia militar.

Asimismo, hay numerosos factores más que perjudican sobremanera la vida en general en Gaza, y por supuesto la actividad productiva. Entre ellos se destaca la falta de acceso al agua, a la energía, la infraestructura dañada por los ataques israelíes y la grave contaminación ambiental. “La gravedad de los cortes de energía continúa hasta estos días, y duran de 18 a 20 horas diarias, lo que puede significar la pérdida total de miles de donums (un donum son mil metros cuadrados) plantados con cultivos de temporada, debido al riego irregular y el bombeo insuficiente de los pozos de agua”, aseguró Samar.

Hay que agregar, entre los factores que hostigan a los/as agricultores/as palestinos/as y sus medios de vida, la continua inestabilidad política en la zona y los eventos climáticos extremos, asociados al cambio climático.

Samar alertó, además, que la industria pesquera palestina prácticamente ha colapsado. En este contexto, asegurar la alimentación, como explicó Samar, es un desafío inmenso. Más aún en una Gaza en la que “las exportaciones están casi completamente prohibidas” y “las importaciones severamente restringidas”.

Crisis con cara de mujer

Entre las principales impactadas por las consecuencias sobre el sector agrícola de los ataques de Israel, su bloqueo económico, la Covid-19 y las medidas del gobierno para hacerle frente, están las agricultoras, aseguró Samar. Especialmente las que son jefas de familia.

Nuestra entrevistada nos contó que las mujeres no tienen una participación equitativa a los hombres en las instancia de decisión, ni se las reconoce fácilmente en sus comunidades. “Sobre esta base, durante la actual crisis de la Covid-19, los impactos negativos sobre las agricultoras no serán claros y podrían ser subestimados”, alertó Samar. “Por lo tanto, se deben poner en práctica intervenciones y soluciones inmediatas y efectivas, que deben poner el foco particularmente en las agricultoras”, reclamó enseguida.

La activista enumeró una serie de intervenciones necesarias: monitorear continuamente y analizar los impactos de la Covid-19 en los sectores agrícolas; asegurar el buen estado de salud de los/as agricultores/as, y que los/as contagiados/as sean aislados/as y compensados/as por sus pérdidas económicas; apoyar a pequeños/as agricultores/as, especialmente a las mujeres, y formarlos/as para mejorar la calidad, seguridad y vida útil de sus productos; otorgar acceso a mercados a los productos agrícolas.

“Mi primer demanda como ciudadana palestina que vive en Gaza es que el bloqueo de Israel se levante completamente”, reivindicó Samar. La activista dijo además: “también, como mujer palestina, reclamo políticas y reglamentaciones que promuevan la equidad de género y el derecho de las mujeres a recibir salarios iguales a los de los hombres (ante el mismo trabajo realizado)”. “Y finalmente, solicito que todas las organizaciones agrícolas y actores clave lleven adelante capacitaciones teóricas y prácticas para agricultores/as y otras partes interesadas, sobre seguridad alimentaria y cómo alcanzarla”.

* Las citas textuales usadas en esta nota son, obviamente, responsabilidad de la persona entrevistada. El resto de la pieza es de entera responsabilidad de Radio Mundo Real (Amigos de la Tierra Internacional).