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Cómo avanzan las corporaciones en el control de la ONU

Activistas y expertxs advirtieron sobre el avance de las corporaciones en mecanismos de gobernanza global.

Grupo de Trabajo para un Tratado Vinculante entre Transnacionales y Derechos Humanos. Foto: RMR

El mecanismo COVAX para acceder a vacunas contra la COVID-19, el acceso a datos privados por parte de corporaciones a través de cualquier aplicación móvil, la biotecnología, la cooptación de lenguaje y discursos con supuesta perspectiva de derechos, son parte de las estrategias que utilizan las grandes corporaciones mundiales para ganar cada día más poder sobre la gobernanza global.

Una recordada advertencia sobre este tipo de captura corporativa fue hecha a lo largo de 2021 por movimientos sociales que defienden la Soberanía Alimentaria, alertando sobre la fuerte injerencia de empresas transnacionales agroindustriales en la planificación de la Cumbre de Sistemas Alimentarios.

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Una nueva señal de alarma se encendió con el informe “Nuestra Agenda Común” que publicó el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, en septiembre pasado. En ese documento, las corporaciones están en el centro de las soluciones a las múltiples crisis globales y son vistas como socios legítimos, aunque son meras partes interesadas.

«Es preocupante que secretario de la ONU quiera hacer crecer este sistema de gobernanza», dijo Sofía Monsalve – moderadora en el webinario «Nuestro futuro en juego: La captura corporativa del multilateralismo», organizado por TNI, Amigos de la Tierra Internacional, FIAN y otras organizaciones, desarrollado en forma virtual el 19 de enero. En este encuentro participaron Rosa Pavanelli (Internacional de Servicios Públicos), Jeremy Corbyn, (Cámara de los Comunes, Reino Unido), Bárbara Figueroa (ITUC y CSA, Chile) y Harris Gleckmann (Centro para la Gobernanza Global y la Sostenibilidad, Universidad de Massachusetts), como parte del Grupo de Trabajo de los Pueblos sobre el Multisectorialismo, que analizaron el informe de Guterres y proyectaron estrategias para revertir el papel de las corporaciones en la gobernanza global y nuevas formas de sistemas de gobernanza multilateral.

Uno de los principales problemas de que las corporaciones estén a cargo de la gobernanza global es que les quita potestad a los gobiernos elegidos democráticamente por los pueblos y se usan «soluciones del mercado para pensar problemas sociales», dijo Monsalve.

La experta caracterizó al sistema de gobernanza mundial como: «informal, opaco, opera sin reglas formales, fluido, evoluciona y se adapta a las presiones que se va encontrando en el camino. Es diferente al sistema multilateral de gobiernos post Segunda Guerra Mundial».

En este sentido, Harris Gleckmann, que trabajó durante 20 años en Naciones Unidas, dijo que le resulta «impactante» cómo las corporaciones han dejado de estar en segundo plano, al punto de que «las secretarias [de las oficinas de la ONU] preguntan qué quieren los actores corporativos» para adaptar las propuestas y programas de acción a lo que buscan las corporaciones. También denunció que «el objetivo del secretario de la ONU es reforzar su rol por encima de la gobernanza de los gobiernos y darle un asiento a las corporaciones en el sistema de gobernanza».

Gleckmann advirtió que, así, el liderazgo de la ONU «se verá restringido» en la medida en que el documento «Nuestra agenda común» señala que entre los siete temas que requieren atención urgente (como acceso a derechos digitales, reducción de la violencia contra mujeres y niñas, crisis climática, etcétera) deben abordarse «con organismos de múltiples partes interesadas, que tienen objetivos muy distintos a los gobiernos y la sociedad civil; y pide que no haya nuevas negociaciones intergubernamentales». «Esto representa un cambio importante en el poder», concluyó.

Rosa Pavanelli remarcó que las corporaciones «llevan años construyendo este modelo de gobernanza»: «Lo hemos visto en negociaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC), con acuerdos multilaterales y tratados de libre comercio, con mecanismos como ISDS, que fallan a favor de grandes empresas, y se han estado apropiando del sistema onusiano con el pacto global. Han reemplazado a las agencias de la ONU mediante la OCDE, y esto no hará más que profundizar la pobreza y la capacidad de ciudadanos y ciudadanas de decidir sobre su futuro. Si lo consiguen, este será el último cambio de paradigma de las Naciones Unidas y pasará a las grandes empresas», advirtió. «Tenemos que lidiar con esto porque tendrá grandes impactos en nuestras vidas, con la expansión de sistemas digitales y el uso de nuestros datos, como ya vimos en la pandemia».

El parlamentario Jeremy Corbyn dijo que las organizaciones tienen que «organizarse mejor» entre ellas para enfrentar la concentración del poder corporativo: «Si queremos que este planeta sobreviva, no podemos apoyarnos en un sistema que solo apunta a seguir explotando recursos».

«Si queremos que haya un sistema multilateral democrático debemos reforzar la gobernanza multilateral democrática. El Consenso de Washington ha llegado a su fin y debemos abordar la cuestión de la deuda para los países menos desarrollados: no es solo una cuestión económica, es una cuestión democrática. Si queremos gobernanza democrática tenemos que denunciar el acuerdo entre ONU y Foro Económico Mundial. Me encantaría ver al líder de la Confederación Sindical dejar la copresidencia del Foro y que volviera a luchar por los derechos de los trabajadores», expresó Pavanelli.

Por su parte, Bárbara Figueroa instó a la unidad de la clase trabajadora para enfrentar a las corporaciones y a luchar para tener «instrumentos regulatorios y debida diligencia». «Mientras no tengamos estas herramientas legales, lo único que se hace es acrecentar la desigualdad, debilitar la democracia y poner en tela de juicio la legitimidad de los trabajadores», subrayó. «Estamos en un tiempo en disputa en nuestros países y a nivel mundial. La pandemia mostró fisuras de un modelo que profundiza el valor del mercado. Y podemos ir hacia modelos fascistas o progresistas. Estar entre modelos en disputa requiere acciones de unidad, de comprensión y de unidad de los actores sociales -siguió Figueroa- que implican formar parte de espacios de integración multilateral, poniendo en el centro la agenda de derechos y evidenciando la violación a los derechos de los pueblos».

Además de estas proyecciones, Gleckman señaló que para recuperar un sistema multilateral democrático como el de Naciones Unidas hay que pensar en «refundar todo el sistema democrático» y «replicar nuevas formas constituyentes». En ese sentido, enumeró: «Armar asambleas constituyentes; redefinir la agenda: buscar temas que puedan servir para esas asambleas constituyentes; hacer conferencias mundiales sobre estos temas para seguir los debates, intervenir e interactuar en las próximas reuniones de febrero y marzo».

 

MATERIALES PARA DEBATIR

Las organizaciones convocantes llamaron sumarse a los debates que se profundizarán en los próximos meses en torno a las formas de gobernanza global corporativa, así como las propuestas que circulan en el Grupo de Trabajo de los Pueblos sobre el Multisectorialismo. Entre los materiales más recientes, el Grupo de trabajo de los pueblos sobre gobernanza por múltiples partes interesadas presentó un nuevo libro electrónico: “The Great Takeover: Mapeo de la gobernanza por múltiples partes interesadas en la gobernanza global”.

El libro presenta una lista actualizada de 103 iniciativas de gobernanza por múltiples partes interesadas en las áreas de educación, ambiente, salud, internet y datos y alimentación y agricultura.

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