Urge un cambio de sistema para enfrentar grave crisis de la biodiversidad
Negocios versus soluciones reales: el CDB de ONU en la encrucijada
“Si seguimos permitiendo que aquellos que defienden el medio ambiente sean asesinados, no podemos esperar salvarlo”, fustigó la ambientalista Nele Marien, de la federación Amigos de la Tierra Internacional (ATI), a horas de que empiece este martes en Nairobi, Kenia, una importante reunión del Convenio de Diversidad Biológica de Naciones Unidas (CDB, de ONU).
“Ese tema debe estar presente en la reunión”, agregó Marien, que alertó además que el CDB se encuentra en una “encrucijada”, con muchos actores en su interna concientes de que son necesarios cambios profundos para proteger la biodiversidad y las corporaciones pujando para que esos cambios no ocurran.
Desde este martes y hasta el viernes se realiza en Nairobi la primera reunión del “Grupo de Trabajo de Composición Abierta del CDB sobre el Marco Global de Biodiversidad Post 2020”. Marien, que coordina el programa de Bosques y Biodiversidad de ATI, explicó en entrevista con Radio Mundo Real que los países buscarán definir políticas para luego de 2020 que permitan enfrentar la grave crisis de la biodiversidad.
El objetivo es que haya un acuerdo que se pueda aprobar en octubre del año que viene en una reunión en China. Si bien han habido algunas instancias de encuentros regionales, esta reunión en Nairobi es la primera oficial del proceso y se espera que siente las condiciones de cómo seguirán las tratativas.
Cambiar de sistema o enfrentar el colapso ecológico mundial
El 6 de mayo de este año la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por su sigla en inglés), que informa al CDB, difundió un informe en el que aseguró que el mundo natural está en estado calamitoso y son las “acciones humanas” las que han “alterado significativamente la naturaleza” en diversas partes del planeta.
La IPBES, que reúne a científicos de numerosos países que preparan informes para el CDB y sugieren las medidas que deben ser implementadas, enfatizó en el estudio: “la acción humana amenaza actualmente de extinción a más especies que nunca a nivel mundial. Alrededor de un millón de especies ya enfrentan esa amenaza, muchas dentro de las próximas décadas, a menos que se lleven a cabo acciones para reducir la intensidad de los agentes que causan la pérdida de biodiversidad”.
ATI reaccionó inmediatamente al informe científico y dijo ese 6 de mayo en un comunicado de prensa que al leer el nuevo trabajo queda claro que el mundo tendrá que enfrentar el colapso ecológico y la extinción masiva de especies si no se emprenden acciones drásticas para cambiar los sistemas económicos y sociales. ATI denuncia desde hace muchos años a las corporaciones transnacionales como los principales responsables del declive de la diversidad biológica, con actividades como la agricultura industrial, la minería, la explotación forestal, la producción de agrocombustibles, entre otras.
Marien dijo a Radio Mundo Real que todo el proceso del CDB para el período post 2020 es importante y que ATI considera que se necesita un cambio de sistema para responder a las amenazas a la biodiversidad. Recordó que el informe de la IPBES habla de la necesidad de un “cambio transformador” para proteger esa biodiversidad. Y dijo que ATI, así como otras organizaciones y movimientos sociales, siguen el proceso negociador del CDB y se hacen presentes en Nairobi para intentar desde el inicio asegurar que se atienda a los verdaderos agentes de la destrucción de la biodiversidad, y que ese “cambio transformador” vaya en la dirección correcta. En ese sentido Marien se quejó, porque “no parece que se le de mucha importancia a los verdaderos agentes”.
La ambientalista agregó que ATI también presiona para que se respeten y valoren los derechos de los pueblos indígenas y el derecho de los pueblos a defender su medio ambiente. “Si seguimos permitiendo que aquellos que defienden el medio ambiente sean asesinados, no podemos esperar salvarlo”, dijo.
Otro eje importante para Marien es lo que ATI denomina las “falsas soluciones” a la crisis de la biodiversidad. Nombró por ejemplo a las posiciones que defienden que hay que mejorar las formas como se hacen los negocios, o las que apuestan a la responsabilidad social empresarial, o los sistemas de compensación por pérdida de biodiversidad. La activista explicó que estas cuestiones están en la mesa de negociaciones y que ATI busca rebatirlas teóricamente y con las propias voces de las comunidades locales, que certifican que esas “soluciones” no funcionan.
El CDB en una encrucijada
La representante de ATI reconoció y enfatizó el importante rol de numerosos actores en el CDB que siempre han querido proteger la biodiversidad. Destacó especialmente a los representantes gubernamentales que pertenecen a los ministerios de medio ambiente de sus países, en contraposición con quienes representan a los ministerios de economía. Esos buenos actores tienen “una comprensión y alarma real ante el estado actual de la biodiversidad”. Sin embargo, dijo que el CDB está en una encrucijada: “mientras incrementamos la presión para realmente cambiar cosas, por supuesto que encontramos la reacción contraria de aquellos que no quieren un cambio”, dijo. Y añadió: “vemos que los actores corporativos están mucho más presentes ahora en el CDB de lo que estaban hace pocos años, lo que indica que están preocupados por lo que pueda ocurrir. Es una razón para que estemos en estas negociaciones. La lucha está realmente en marcha en el CDB en este momento”.
Sobre el final de la entrevista, la coordinadora de Bosques y Biodiversidad de ATI destacó que es importante definir políticas que permitan a los Estados parar a los agentes de la destrucción de la diversidad biológica. Explicó además que hay presiones para socavar esas políticas y darle poder a las corporaciones. No obstante, Marien subrayó que “la protección de la biodiversidad no puede venir solo de los gobiernos, la política y las legislaciones”. “Esa protección viene de las bases, de los pueblos indígenas y las comunidades locales que viven en los ecosistemas, y de las iniciativas de quienes practican el manejo comunitario de bosques, la agroecología y el cooperativismo, y desestiman la influencia corporativa”.
El informe de la IPBES de mayo reconoció el papel central de los pueblos indígenas y las comunidades locales en la primera línea de defensa de los ecosistemas y la biodiversidad. Y confirmó que “la conservación manejada por las comunidades locales y pueblos indígenas es más eficaz para evitar la deforestación y la pérdida de hábitats que las áreas protegidas oficialmente”.