Ecuador: “después de una sentencia, siguen otorgando permisos para quemar gas licuado”
Con Donald Moncayo, luego del reconocimiento a UDAPT por su incansable lucha socio-ambiental
Hace más de 50 años que la transnacional petrolera Texaco, actual Chevron, se instaló en Lago Agrio, provincia de Sucumbíos, región amazónica de Ecuador. La llegada de la gigante estadounidense desató la actividad petrolera en la Amazonía y con ella la contaminación y la violación de los derechos colectivos de los pueblos que habitan el bosque tropical y sus cercanías.
Hace 28 años se creó la Unión de Afectados/as por las operaciones petroleras de Texaco (UDAPT), que lucha por la defensa de la vida, la naturaleza, la dignidad humana y el acceso a la justicia ambiental y social por parte de los/as afectados/as.
El 25 de mayo el Gobierno Autónomo y Descentralizado de la provincia de Pichincha entregó la condecoración Manuela Sáenz y la medalla al mérito de Tránsito Amaguaña a Donald Moncayo, coordinador de UDAPT, en representación de los/as afectados/as de las provincias de Sucumbíos y Orellana.
En conversación con Radio Mundo Real, Moncayo destacó la importancia de este galardón: “es reconocer realmente que estos 28 años de lucha no han sido en vano, hemos logrado demostrar científicamente que hay una afectación gravísima en la zona de operaciones de Chevron por culpa de la contaminación generada por la actividad petrolera”. En cuanto a esa compañía, agregó que es “la empresa que más contaminó la Amazonía ecuatoriana, de una manera discriminatoria y racista”.
“El reconocimiento nos obliga a seguir luchando, a seguir avanzando, a no desmayar, para poder mejorar la calidad de vida de quienes vivimos en la Amazonía ecuatoriana”, aseguró el coordinador de la UDAPT. Recordó además: “estamos luchando frente a un monstruo con un montón de tentáculos, frente al diablo en su propio infierno, estamos luchando contra el poder económico, contra el sistema colonizador y de esclavitud que han implementado estas transnacionales”.
La lucha es mucha
En 2011 la justicia de Ecuador condenó a la transnacional Chevron a pagar una cuota millonaria por daños al ambiente y a la salud, en el caso Lago Agrio. Una sentencia emblemática y ejemplar a nivel mundial, ratificada en junio de 2018, cuando la Corte Constitucional de Ecuador negó una acción de protección solicitada por Chevron. Pero, en agosto de ese año la Corte de La Haya, en Países Bajos, emitió un laudo arbitral a favor de Chevron, contra el Estado ecuatoriano. En diciembre Ecuador apeló este laudo.
Esta causa lleva más de 25 años en la justicia y ya pasaron 11 años desde que se demostró el daño causado por Chevron, pero la sentencia aún recorre los pasillos de la impunidad. Moncayo contó que la transnacional ya abrió tres arbitrajes internacionales para no pagar la sentencia, y por esto aún no ha sido cumplida.
“El sistema nos está condenado a que no vivamos con dignidad. (…) Para nosotros vivir con dignidad no es tener los bolsillos llenos, vivir con dignidad es producir y cosechar nuestros productos de la manera más sana, respirar el aire limpio y tomar el agua de las quebradas”.
El aire no tiene fronteras
Cada sentencia a favor de los/as afectados/as es una gran victoria, pero no es el final de la lucha, luego comienza el camino para que lo dictado se cumpla. A principios de 2021 la Corte Provincial de Justicia de Sucumbíos dio lugar a la solicitud de nueve niñas que exigían al Estado no autorizar nuevas instalaciones de mecheros en la Amazonía.
A partir de esto UDAPT comenzó la campaña “eliminen los mecheros que encendemos la vida”. En septiembre de ese año la organización consiguió que un juez de primera instancia de la Unidad Judicial Multicompetente Penal fallara a favor de la acción de protección que solicitaron los habitantes de la localidad “Virgen del Carmen” del Cantón “Joya de los Sachas”, en la provincia Francisco de Orellana, contra la empresa ENAP- SIPETROL. Esto significó la obligación para la petrolera de eliminar todos los mecheros en un plazo de 18 meses.
Los mecheros son los lugares donde se quema el gas licuado. Al quemarse, el gas emana varios componentes tóxicos a la atmósfera, que luego caen con las lluvias y generan las llamadas “lluvias ácidas”. La incidencia de la actividad petrolera y los mecheros sobre la salud es innegable. El número de enfermedades aumenta en las poblaciones cercanas y la incidencia del cáncer es enorme. Además, Moncayo contó que el 72 por ciento de la cantidad de casos de cáncer que lograron identificar corresponde a mujeres. Desde UDAPT se apoya a los/as afectados/as en los cuidados paliativos y para solventar económicamente viajes a hospitales, ya que la zona de Sucumbíos no cuenta con ningún centro oncológico.
El plazo para eliminar los mecheros es hasta marzo de 2023. Consultado sobre el avance de esta sentencia, Moncayo contó que “no se ve avance, en vez de eliminar los mecheros se han incrementado”. En 2019 la UDAPT realizó un diagnóstico sobre la cantidad de mecheros que había en la zona de operaciones de Chevron. El gobierno de Ecuador decía que existían 180 mecheros, pero en una georreferenciación que hizo la UDAPT pudieron localizarse 447 entre Sucumbíos y Orellana.
Moncayo manifestó que en febrero de 2022 pidieron un informe al Ministerio de Energía y Recursos Naturales no Renovables para saber la cantidad de mecheros que se habían eliminado. La respuesta fue que se habían eliminado tres que ni siquiera se utilizaban. “Ahora el Ministerio del Ambiente acaba de aprobar un estudio de impacto ambiental de la compañía Gran Tierra Energy Ecuador, a la que le permiten que en el bloque 50 ponga 14 mecheros y en el bloque 51 otros 10 mecheros (ambos bloques petroleros están ubicados al norte de la provincia de Sucumbíos). Después de haber una sentencia ejecutoriada siguen otorgando permisos para quemar gas licuado”.
“Esta lucha no solamente nos beneficia a nosotros, esta sentencia favorece al planeta entero, el aire no tiene fronteras, la contaminación va de un lado al otro”, sentenció Moncayo.