La Justicia brasileña suspendió, el pasado viernes 30 de noviembre, la restitución de tenencia de un ingenio en el municipio Campo do Meio, en el sur del estado de Minas Gerais, donde viven cerca de 450 familias, es decir, más de 2 mil personas. En las últimas semanas, integrantes del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST-Vía Campesina Brasil) y partidarios de la lucha por el derecho a la alimentación y la Soberanía Alimentaria se movilizaron para impedir el desalojo de habitantes que viven y cultivan las tierras de la región.
Hace algunas semanas, una medida cautelar firmada por el juez Walter Zwicker Esbaille Junior, de la Jurisdicción Agraria de Minas Gerais, puso en riesgo el campamento Quilombo Campo Grande, que existe desde 1998, cuando fue ocupado por el MST, que defiende su uso para fines de la reforma agraria.
“Hemos contado con muchas expresiones de solidaridad, de resistencia, con la presencia de muchos amigos y de mucho trabajo. Sabemos que es una victoria parcial, pero estamos celebrando muchísimo pues en estos tiempos que estamos viviendo, hay que conmemorar cada victoria con mucha fuerza”, afirma Tuira Tule, coordinadora del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) en el Sur de Minas Gerais.
Según la dirigente, «esta victoria es fruto de muchas manos, fue una verdadera victoria de la clase obrera, que estuvo acá en las tierras del campamento, que envió más de mil cartas para el juez responsable, más de 500 cartas al juez de segunda instancia. Tuvimos el apoyo de diversas iglesias, compañeros de la región, del estado y de todo Brasil, también de artistas, comunicadores, además del apoyo a través de [la plataforma de financiamiento colectivo] Catarse, donde 537 personas contribuyeron”. Para ella, la decisión de suspender la restitución de tenencia “comprueba la legitimidad de nuestro proyecto de reforma agraria popular”.
El campamento
Quilombo Campo Grande, como fue bautizado el campamento, actualmente concentra una de las mayores cooperativas de café del estado, la Guaií. En ella se producen 510 toneladas del grano por año, que dan una media de 8.500 sacos de café. Además de eso, se cosechan 55.000 sacos de maíz y 8.000 sacos de frijol en el lugar, que también comparte espacio con 40 hectáreas de huerta, que generan verduras y legumbres para los acampados y para comunidades locales. En el campamento, también están plantados 60.000 árboles frutales y 60.000 nativos.
A lo largo de los años, las familias se estructuraron, construyeron sus casas sin apoyo del poder público, se organizaron, trataron el suelo y hace décadas producen y resisten en un territorio considerado por el estado como “patrimonio de sociedad en liquidación”. Minas Gerais es uno de los estados con mayor representación en la conocida como Bancada Ruralista en el Parlamento de Brasil.
* En base a producción de Brasil de Fato en Español