Sanar en la lucha
Envenenamiento con metales pesados, depresión y problemas respiratorios: problemas de salud registrados tras derrumbe de represas.
Plomo, mercurio, cadmio, zinc, son algunos de los metales pesados que contiene el lodo con residuos tóxicos de actividades mineras. Esos metales fueron identificados por funcionarios del gobierno de Minas Gerais (Brasil), en niveles hasta 21 veces por encima de lo aceptable en el barro que se esparció por Brumadinho y el cauce del río Paraopeba desde el 25 de enero de 2019.
Geraldo Martins, encargado voluntario de la atención a la salud de afectados por el deslave de la represa de Brumadinho en el municipio de Pompeu, detalló a Radio Mundo Real cómo realizan el abordaje sanitario en el Movimiento de Afectados por Represas de Brasil (MAB, por sus siglas en portugués).
“Acompañar, escuchar, orientar, esa en nuestra función”, dice Martins sobre su rol desde el cual fortalecen, no reemplazan, el sistema único de salud pública. Abordar la salud en forma integral implica, en casos como el crimen ambiental de Brumadinho, considerar las alergias en la piel por el contacto con el barro tóxico, asma, rinitis y otros problemas respiratorios por el contacto con el polvo, pero también la depresión y los problemas cognitivos que pueden desarrollarse por los impactos en el Sistema Nervioso Central que provocan consumir o estar en contacto con agua contaminada.
Desde el MAB denuncian que, como ocurrió en Mariana, “las empresas no quieren admitir que el colapso y la ruptura de represas causan daños a la salud porque saben que las formas de reparar esos daños son más complejas y costosas”.
“Se necesita levantar información sobre los daños a la salud, cuantificarlos y repararlos de forma integral”, dicen desde MAB.
Las depresiones se producen por el shock de perder a seres queridos, familiares, amigos, compañeros de trabajo, y por el cambio en la forma de vida: “Es la sensación de que el mundo acabó”, dice Martins.
La vida de miles de estas personas se sostenía a la vera del río Paraopeba, del embalse Tres Marías y del río San Francisco, tanto para alimentarse con los peces, comer sus propios alimentos, vender productos locales (queso, leche) como para ir a nadar, distraerse y tener momentos de recreación en familia.
“Mi familia ya no viene aquí a visitarme y los turistas ya no llegan a mi finca”, dicen agricultoras de Pompeu.
Para las mujeres los impactos son varios: si el marido trabajaba en minería, probablemente haya perdido el trabajo o haya tenido que ser trasladado de localidad; también puede haber quedado viuda, sola a cargo del hogar. En cualquier caso, para ellas es difícil insertarse en el trabajo formal, la mayoría solían dedicarse a la pesca y a vender productos artesanales: un mercado que se perdió completamente en el último año.
Como le ocurrió a Eliana Marques, que tiene 50 años y es pescadora artesanal de Cachoeira do Choro, cerca de la represa hidroeléctrica Tres Marías. Ella recibió la ayuda de emergencia que logró MAB para 108 mil personas, pero dejó de cobrar en septiembre pasado sin motivo, ya que no ha sido reparada. En diálogo con RMR denunció además que la Vale obligó a varias personas a firmar acuerdos extrajudiciales y criticó que no se haya alertas oficiales sobre el estado de contaminación del río.
“Esto afectó mucho a mi familia y a la comunidad”, dice Eliana. Uno de sus hijas, que trabajaba con ella como pescadora, se mudó con su marido a 200 kilómetros en busca de trabajo. Todavía no consiguió. La hija de ambos quedó a cargo de Eliana.
Erliete Rocha de Campos vive en el Asentamiento PA Queima Foco. Produce leche y quesos, cría gallinas y pollos, pero sufre depresión no solo por los impactos económicos debido a la disminución de ventas en su zona, sino también por no poder disfrutar más de un paseo por el Paraopeba.
“La gente perdió mucho. El agua del río está marrón, a veces se ven peces… muertos. La tristeza es grande. Siento esperanza de ver alguna vez el río que vi, ir con libertad a nadar, a pescar, que las niñas jueguen, pero en este momento nuestro cotidiano es muy difícil”.
Otro problema de salud que de a poco se van registrando en las mujeres es el incremento de abortos espontáneos. En Mariana (un caso de referencia para el abordaje del MAB en Brumadinho, crimen cometido en noviembre de 2015 por la empresa minera Samarco sobre el río Doce) Geraldo Martins dice que han aumentado sustantivamente los casos de abortos espontáneos desde que el lodo tóxico se derramó y que en Brumadinho están ocurriendo casos similares.
“La parte más linda de nuestro trabajo es cuando la gente consigue recuperar su dignidad y cambiar el luto por la lucha en derechos humanos”, dice Geraldo y se va hacia la oficina de Salud del MAB instalada en un gimnasio de Pompeu donde descansan cientos de personas que participan de la marcha que se dirige a Brumadinho.