Este martes 13 de noviembre, la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados de la Nación argentina convocó a un plenario de comisiones para obtener un dictamen y avanzar en el tratamiento de una nueva ley de Semillas antes de fin de año.

La actual ley de semillas es de 1973 y, entre sus puntos destacados, dispone que los productores agricultores tienen “derecho de uso propio” sobre las semillas, esto es: derecho a guardar sus propias semillas, sin estar obligados a comprar ni pagar regalías a las grandes corporaciones del agronegocio.

El gobierno de Mauricio Macri ya intentó aprobar una nueva ley de Semillas en 2016. Hoy, más de 200 organizaciones sociales, ecologistas, campesinas e indígenas denuncian que la nueva legislación, cuyo texto se ha mantenido ocultado a la ciudadanía, “pretende otorgar a las corporaciones semilleras del agronegocio, como Monsanto-Bayer, Dow, Syngenta-Chemchina y otras, el derecho de propiedad sobre las semillas”.

El Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE-VC) se suma a esta denuncia. Deolinda Carrizo, integrante del MOCASE, dijo a Radio Mundo Real que la nueva ley de Semillas no solo implicaría privatizar la compra de semillas, sino también “criminalizar el intercambio de semillas, secuestrar y decomisar mercadería, y destruir cosechas”.

Esto va en contra de la ley de Agricultura Familiar Campesina-Indígena, que tomaba a las semillas como elemento central para la soberanía alimentaria del país, pero marca continuidad con el “vaciamiento” de organismos y la decisión de desfinanciar políticas públicas dirigidas a agricultores/as familiares y sectores populares, que el macrismo ha efectuado desde que comenzó su gobierno en 2015.

“Quieren saciar sus intereses corporativos y económicos con la mercantilización de las tierras que hoy siguen siendo territorios habitados por comunidades originarias y campesinas”, afirmó Carrizo, cuya organización resiste al avance de las maquinarias que desmontan desde hace dos décadas

Hoy en día, los pueblos indígenas y campesinos intercambian semillas, frutas y verduras en “cambalaches”, al Norte de Argentina, en “ferias francas” regionales por todo el país, así como son resguardadas en “casas de semillas”, bajo la promoción de ser guardianes y guardianas -como invita La Vía Campesina.