Entrevistas

“Necesitamos demandar más la urgencia de un cambio profundo”

Mano a mano con Martín Drago (coordinador de Soberanía Alimentaria Amigos de la Tierra Internacional) en Día de Luchas Campesinas.

Aldea Avatí, proyecto agroecológico, Red de Semillas Nativas y Criollas en Uruguay. Foto: E. Mattioli/REDES-RMR.

Cada 17 de abril se recuerda la Masacre de Carajás y desde La Vía Campesina conmemoran junto a organizaciones aliadas el Día Internacional de Luchas Campesinas. A esta conmemoración se suma la federación ecologista Amigos de la Tierra Internacional (ATI) que, desde su programa de Soberanía Alimentaria, articula con organizaciones de pequeños productores o productores familiares de todo el mundo, promueve acciones y diseños de políticas que fomenten la producción agroecológica, además de denunciar la criminalización u hostigamiento que puedan estar sufriendo por parte de actores vinculados al agronegocio.

Este contexto de pandemia ha demostrado la necesidad de contar con servicios de salud públicos y de calidad y expuso cómo la organización del sistema alimentario necesita garantizar la participación de pequeños productores pero también sus derechos laborales y su seguridad social. “Es un momento para reforzar el pedido de reformas estructurales, de tener una mirada sistémica y ver la interrelación que tienen todos los problemas”, dijo a Radio Mundo Real el coordinador del programa de Soberanía Alimentaria de ATI, Martín Drago.

El activista recordó que la soberanía alimentaria es clave para cambiar este sistema capitalista, racista, patriarcal, cuya crisis ha quedado a la vista de todxs a través de esta crisis sanitaria global, como ha señalado la federación ecologista en un pronunciamiento sobre la crisis ante el COVID-19 publicado la semana pasada.

“Esta crisis no cae en el vacío, cae en un sistema que ya estaba muy degradado, con altísimas condiciones de desigualdad en el acceso a los servicios básicos, a la alimentación, y la crisis viene a acentuar esas condiciones en las poblaciones más vulnerables -por cuestiones de clase, de raza, de género-. También estamos viendo aumento en los casos de violencia de género, que el encierro hace más evidente que esa situación está [en los distintos países]”, advirtió Drago.

También consideró que es riesgoso plantear la crisis como una “oportunidad” para cambiar porque para algunas personas más que una oportunidad este momento es todo lo contrario. “El capital siempre piensa que las crisis son una oportunidad para poder reinventarse”, dijo. Sin embargo, las consecuencias sanitarias, sociales y económicas que está teniendo la crisis, que son bastante visibles, “nos permiten ir entendiendo la profundidad que esta crisis va a tener, y son el resultado concreto de un sistema, de la doctrina neoliberal que antepone los beneficios económicos y la concentración del poder a la preservación de la vida digna. Eso se ha impuesto en todas las áreas”.

“En todo caso -concluyó Drago-, que esta crisis nos sirva para darle más visibilidad a que vivimos en un sistema agroalimentario y social que está quebrado, porque la gente no tiene acceso a los servicios básicos… Estos son momentos para transmitir o para que entiendan, quienes no necesariamente lo veían así, la necesidad de tener una mirada sistémica y estructural. Ya no alcanza con ‘parches’ porque se nos está cayendo toda la estantería”.

De allí la apuesta por la soberanía alimentaria como herramienta de resistencia al capital y como herramienta para transformar el mundo que queremos, que se construye en los territorios, con tierra para los campesinos e indígenas, para la producción familiar, y luchar también por el apoyo de políticas públicas para la producción agroecológica, para poder comprar estos alimentos y para acceder a un sistema de seguridad social -que muchos países no tienen-, teniendo acceso a ingresos económicos (como una renta básica), a servicios de salud pública, educación e infraestructura (vivienda, energía), a servicios básicos para la vida digna, en el campo o en la ciudad.

 

 

 

(CC) 2020 Radio Mundo Real