Defensa de la esperanza
El rol del movimiento campesino mundial en un mundo en crisis

La realización del 3er Foro Global Nyéléni en septiembre de 2025 promete ser uno de esos mojones que estructuran la historia de las luchas de los pueblos, en este caso de los movimientos y organizaciones campesinas que promueven la soberanía alimentaria, y de todas las organizaciones que les acompañan con esa bandera en cada rincón del planeta.
Luego de las ediciones de 2007 y 2015 en Selingué, Mali, la instancia de septiembre en Kandy, Sri Lanka, llega en un contexto global plagado por los embates contra la democracia y los derechos de los pueblos de las fuerzas conservadoras más rancias, en avanzada en varias regiones del mundo.
Un encuentro entre organizaciones populares que analicen los desafíos globales y busquen colectivamente las respuestas es tan desafiante como urgente. Y quienes están detrás de Nyéléni 3 saben que tienen la enorme responsabilidad de transmitir esperanza. Pero, ¿cómo se hace?
Apenas pasado un nuevo abril, mes de celebración de las luchas campesinas, Radio Mundo Real se propuso buscar algunas respuestas sobre las motivaciones del 3er Foro Global Nyéléni, las lecturas del contexto internacional y cómo se pueden tejer las respuestas de los pueblos.
Desde lo local y lo nacional
“Nosotras somos las productoras pero no podemos ponerle el precio a nuestros alimentos. Ese es un desafío inmenso que enfrentamos. Por eso creemos que en el Foro de Nyéléni necesitamos pensar nuevas ideas para la comercialización de nuestra producción”, dijo la dirigente campesina Anuka De Silva, del Movimiento por la Tierra y la Reforma Agrícola de Sri Lanka (MONLAR, por sus siglas en inglés). El acceso a mercados y el rol en esos mercados es un desafío crucial del campesinado esrilanqués.
Anuka es una de las referentes nacionales del proceso de organización del 3er Foro Global Nyéléni, que agrupa a varias organizaciones de Sri Lanka e internacionales, que tienen la difícil misión de hacer funcionar un encuentro de decenas de miles de personas provenientes de unos 80 países de todos los continentes, de unas 50 organizaciones y movimientos sociales. Anuka integra además el Comité de Coordinación Internacional de La Vía Campesina, la red de organizaciones campesinas que lanzó en 1996 la bandera de la soberanía alimentaria y fundante de los foros Nyéléni.
En el contexto de un país que ha apostado, como tantos, a la agricultura dedicada a la exportación, con la influencia de instituciones como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo, Anuka reclama que “la tierra es un derecho y no está en venta”.
Con este panorama de actores externos tan poderosos buscando influenciar las políticas agrarias del país, existe gran preocupación en el campesinado esrilanqués por la pérdida del derecho a las semillas y el control de esos recursos fitogenéticos. Anuka habló además del grave rol de las empresas de los agronegocios, de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y de las leyes UPOV (Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales), que controlan las semillas.
La lucha contra la deuda en el medio rural por los micro préstamos es una cuestión de vida o muerte, literalmente. Según Anuka, 2400 millones de mujeres fueron afectadas por los micro préstamos en Sri Lanka, y 204 se suicidaron por no encontrar una salida a las deudas, luego de no poder solventar los costos de producción.
Frente a este contexto, se debe atender ya la cuestión de la implementación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en Zonas Rurales (UNDROP, por sus siglas en inglés), que es “la base de los derechos campesinos”, consideró Anuka.
Vientos de cambio
Otra Sri Lanka es posible. La elección de Anura Kumara Dissanayake como primer presidente de izquierda en septiembre de 2024, luego que el país entrara en bancarrota en 2022, abre un panorama de esperanzas. “Ahora tenemos un gobierno liderado por el pueblo. Es un tiempo histórico especial en Sri Lanka. Necesitamos colocar la soberanía alimentaria como un pilar fundamental del nuevo gobierno”, explicó Anuka.
Nyéléni fue una legendaria mujer de la zona rural de Mali, conocida por domesticar el fonio y el samio (cereales autóctonos de la región de África Occidental), que se resistió a la discriminación social, rechazó el matrimonio, y trabajó la tierra hasta convertirse en una agricultora destacada. Ella es el símbolo de la lucha por soberanía alimentaria, y por eso los foros de 2007, 2015 y el venidero este año llevan su nombre.
Anuka recordó el trabajo y el legado de Nyéléni, y aprovechó para destacar la importancia de las mujeres en la producción de alimentos. “Definitivamente las mujeres sostienen la cadena alimentaria, son las que deciden qué se produce, qué se come, quién alimenta al mundo”. “Nosotras cuidamos las semillas en las comunidades. Mi abuela, mi madre y ahora yo hemos sabido cómo mantener las semillas para la próxima siembra”, agregó.
Por eso Anuka considera que las mujeres necesitan que el feminismo impregne a las comunidades, contra el patriarcado y todas las formas de opresión. “El feminismo es la base de la soberanía alimentaria, de la agroecología y de todos los derechos de los campesinos”.
La conexión con lo global
Martín Drago es un uruguayo que coordina el programa de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra Internacional desde hace 16 años. Estuvo en los dos foros de Nyéléni anteriores y ahora participa activamente en el comité internacional que apoya la organización del 3er Foro Global.
“Nyeleni significa territorio, proceso y metodología para la construcción de convergencias entre movimientos y organizaciones sociales y populares. La metodología que se basa en el principio de solidaridad internacionalista y que funciona a través de un diálogo horizontal de saberes basado en la herencia, el patrimonio y la diversidad de los pueblos, las culturas y las luchas”, manifestó a Radio Mundo Real. “Es un proceso que construye unidad”, agregó.
Martín explicó que Amigos de la Tierra Internacional aporta al proceso de Nyéléni 3 con su visión de cambio de sistema para desmantelar el poder corporativo, y con las narrativas que junto a organizaciones y movimientos sociales aliados ha construido desde los territorios hasta los escritorios.
Según el ambientalista, el Foro de Nyéléni de 2007 en Selingué acordó una caracterización común de la soberanía alimentaria e ideas para fortalecer al movimiento mundial que la defendía y promovía. En 2015 el hito del segundo foro fue caracterizar colectivamente a la agroecología, y acordar estrategias y acciones para multiplicarla. Nyéléni 3 tiene un objetivo más amplio y muy ambicioso: “busca transformarse en un mojón fundamental en la articulación de movimientos y organizaciones sociales y populares desde lo local a lo global, para transformar el sistema y desmantelar todas las formas de opresión y explotación”.
Menuda tarea, pero ¿cómo se logra esa intención? Martín recurre mucho a la idea de proceso, como en un intento desesperado por calmar las ansiedades lógicas de una lucha titánica contra las graves manifestaciones de un sistema capitalista que avasalla la vida humana y natural, porque la única forma de existir a pesar de sus múltiples crisis interconectadas es con sus proyectos de muerte. Un sistema que no supera sus propias contradicciones, produce y consume sin límites en un mundo finito, nunca podrá ir de la mano con la vida.
Martín habla también de acordar en Nyéléni una “agenda de acción política conjunta”. Explicó que mientras los movimientos sociales caminan juntos el enfrentamiento al poder de las empresas transnacionales y el neoliberalismo, la resistencia al avance del fascismo y de la extrema derecha, la defensa de la democracia, hay que reimpulsar las alternativas. “Es un proceso, una agenda conjunta que iremos profundizando, con la defensa de los territorios, de los derechos de los pueblos, con la construcción, implementación y masificación de las iniciativas emancipadoras de los pueblos, con una perspectiva de clase feminista, antirracista, anticapitalista, anticolonialista, antiimperialista, que nos acerque a la justicia social, ambiental, económica, de género y racial”. El coordinador de Soberanía Alimentaria de ATI subrayó que es necesaria además una “implementación más radical de la solidaridad internacionalista”.
Frente al agobio, una visión de esperanza
La pregunta que surge entonces es cuáles son los principales desafíos globales que a los ojos de los movimientos populares del mundo que luchan por soberanía alimentaria hay que enfrentar con una agenda política común, construida en unidad en el 3er Foro Global Nyéléni.
En la charla con Radio Mundo Real, Martín enumeró seis tendencias: el avance del fascismo y la ultraderecha; el fortalecimiento del neoliberalismo; la crisis del multilateralismo; la crisis económica y de deuda; el capitalismo del desastre, que es el aprovechamiento por parte de las empresas transnacionales y las elites nacionales asociadas de los desastres causados por el neoliberalismo; y el creciente control que las tecnologías tienen sobre diversas áreas de la vida, ahora con el avance de la inteligencia artificial.
“Entonces, en este contexto que parece tan sombrío, cuidarnos y resistir de la mejor manera posible, es central y requiere fortalecer procesos organizativos populares”, dijo Martín. Y evaluó que “también se requiere entender que no encontraremos soluciones dentro del sistema dominante y que ningún movimiento puede asegurar la transformación, ni el cuidado, ni la resistencia, por sí solo”.
El proceso hacia el foro de Nyéléni y el foro mismo buscarán entonces ser un espacio para la convergencia y el fortalecimiento de los procesos organizativos, para articular la resistencia y la transformación, para que el poder popular emerja con sus propuestas. “El 3er Foro Global Nyéléni también busca ser un momento importante para impulsar una visión de esperanza”. Que así sea.