La Unión Europea (UE) acordó el 19 de diciembre una ambiciosa ley para poner freno al plástico de un solo uso en los Estados miembro. Desde Amigos de la Tierra (AT) dijeron a RMR que la ley es un avance contra la contaminación por plástico en ríos, océanos y campos, pero no es suficiente para afrontar la crisis ambiental.

Alodia Pérez, responsable de residuos de AT-España, advirtió sobre la presión que ejerce -y ha ejercido- el lobby de la industria del plástico para dilatar la decisión, logrando modificar la propuesta inicial de la Comisión Europea.

Las medidas aprobadas el 19, acordadas al día siguiente por los Ministros Europeos de Medio Ambiente, tendrán dos años para que se vuelvan ley en cada Estado miembro, incluyendo la prohibición de varios productos de plástico de un solo uso, como platos, cubiertos, pajitas, envases de comida y vasos de poliestireno expandido en 2021.

La ley también amplía la responsabilidad del productor: exige que los fabricante de plásticos se encarguen de la gestión de los residuos y las recogidas de residuos abandonados de plásticos de un solo uso, incluyendo colillas y aparejos de pesca.

Entre las modificaciones que sufrió la propuesta inicial de acabar con el consumo y circulación de plástico en la UE, el documento final no contiene objetivos vinculantes para reducir el consumo de vasos y envases de un solo uso de alimentos y los Estados Miembros tampoco tienen la obligación de establecerlos. A la vez, se retrasó cuatro años el objetivo de recoger selectivamente el 90 por ciento de las botellas de plástico: se pasó de 2025 a 2029, llegando previamente al 77 por ciento en 2025 y obligando a que todas las botellas de bebidas sean producidas con un 30 por ciento de contenido reciclado en 2030.

Desde AT-España compartieron unos consejos para dejar de usar plásticos de un solo uso, a través de acciones individuales cuando se hacen las compras o con acciones grupales en mercados para descartar materiales contaminantes.