Las negociaciones de la COP25 llegaron a su fin tras batir el récord de duración: comenzaron el 2 de diciembre y se extendieron hasta el sábado 14.
No conseguir ningún acuerdo sobre los mercados de carbono en la COP25 de Madrid ha sido la gran lucha de Amigos de la Tierra Internacional (ATI) esta semana, porque los mercados de carbono devastan a los Pueblos Indígenas, las comunidades del Sur y el caos climático. Pero desde ATI advirtieron: «No es el final de la lucha; retomaremos la batalla en 2020 por la justicia climática. Es una pequeña victoria, con una lucha aún mayor por delante».
Amigos de la Tierra Internacional trabajó junto a organizaciones y movimientos aliados por la justicia climática en torno a dos temas: los mercados de carbono [1] y la financiación necesaria para enfrentar las pérdidas y daños que ya se están sufriendo en el Sur global por la crisis climática.
La presidenta de la federación ecologista Amigos de la Tierra Internacional, Karin Nansen, expresó hacia el cierre de las negociaciones en COP25:
«Los mercados de carbono no son una solución para la crisis climática porque no reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Por el contrario, significan mayores daños, mayores impactos y mayores violaciones de derechos humanos para los Pueblos Indígenas y comunidades del Sur global, cuyas tierras, bosques, ríos son acaparados para abrir camino a los proyectos de compensación de las grandes empresas transnacionales. Las compensaciones no reducen las emisiones. Los mercados de carbono abren una vía de escape a las grandes corporaciones contaminantes y a los gobiernos del Norte para continuar explotando y consumiendo combustibles fósiles».
Si bien se logró que no se incorporen los mercados de carbono en torno al Artículo 6 del Acuerdo de París, tampoco se han logrado compromisos en torno a la financiación para hacer frente a las pérdidas y daños que ya está provocando la crisis climática. De esta manera sigue siendo imposible compensar el daño que han provocado estas grandes empresas multinacionales: «Hay una negativa de los países desarrollados del Norte de asumir su responsabilidad histórica y financiar estas pérdidas y daños», dijo Nansen.
La federación dedicada a la justicia ambiental dijo que la represión a los reclamos de los pueblos en Chile [2] encontró eco en el acallamiento de las voces de la sociedad civil en Madrid, en una cumbre del clima que se ha mantenido «ajena a la realidad».
Sara Shaw, co-coordinadora del programa Justicia Climática de Amigos de la Tierra Internacional, manifestó:
«La mejor noticia para las comunidades del sur, los Pueblos Indígenas y el clima, es que no ha habido un acuerdo en Madrid sobre los mercados de carbono. Esto a pesar de los intentos de último minuto por parte de los países desarrollados y algunos países en desarrollo interesados en impulsar un acuerdo a todas luces destructivo que habría copado el sistema con viejos bonos de carbono y abierto la puerta a peligrosos mecanismos comerciales nuevos. Esta es una pequeña victoria, pero la lucha mayor seguirá a lo largo del año que viene y en la próxima COP26. En cuanto al resto de negociaciones, solo hay malas noticias: no hay nuevas finanzas por pérdidas y daños para los países en desarrollo afectados por el cambio climático, ni existe tampoco una voluntad firme por una financiación climática a largo plazo».