Lo social y lo ambiental deben entretejerse en las luchas, sin conciencia social no hay relación de convivencia con el medio ambiente, la naturaleza se torna un recurso a ser explotado. Lo político y lo jurídico deben ir de la mano en las propuestas, porque no es justicia si solo un puñado de personas pueden acceder a ella.
Las consecuencias de la actividad transnacional recaen con mayor fuerza sobre algunos sectores de la sociedad y esto no puede ignorarse. La lógica colonial del extractivismo no sólo distribuye injustamente las riquezas, también los impactos.
Sobre los Pueblos Indígenas, las mujeres y las infancias, el campesinado, las comunidades afro y la clase trabajadora del Sur global se despliegan las violencias más extremas, todo en pos de construir, sostener y hacer crecer las grandes industrias transnacionales extractivas.
Estas violencias tienen muchas formas y magnitudes: negacionismo e invisibilización histórica de comunidades ancestrales, desvalorización de sus conocimientos y experiencias, discriminación y racismo, precarización laboral, despojo de sus medios de vida, destrucción de sus territorios, criminalización de la organización social, persecución y amenazas, contaminación de tierra, agua y aire y en consecuencia enfermedades para las personas, violencia física y asesinatos.
En Radio Mundo Real recopilamos tres casos de crímenes socio ambientales vinculados a trasnacionales en América Latina y el Caribe, para permitir que la injusticia nos afecte. La vida es, ante todo, sensible.
Brumadinho y Mariana, la repetición del horror
Caso de la transnacional minera VALE en Brasil
Un gigante petrolero en la Amazonia
Caso de la transnacional petrolera Chevron en Ecuador
Berta Cáceres, el Pueblo Lenca y su río sagrado
Caso de la hidroeléctrica DESA en Honduras