“Devastador”, así definió Nelvia Agañaraz, vecina referente del barrio Parque Esperanza, en la localidad cordobesa de Juárez Celman, el desalojo que 120 familias sufrieron en la madrugada del viernes 1 de junio, cuando oficiales de Policía y Gendarmería entraron a sus casas, golpearon a varios vecinos, les desalojaron y «voltearon» sus casas con máquinas topadoras, sin previo aviso de desalojo, ni opciones de realojo.
La mayor parte de las construcciones eran de material, con bloques de cemento, otras pocas eran de madera, cartón y plástico. La mayoría de las jefas de hogar son mujeres que han sufrido violencia de género y conformaron esta cooperativa barrial, ya que no existen políticas de vivienda dirigidas a ellas ni a sus hijos.
Por estas horas, algunas familias, pernoctan y se refugian en una capilla cercana al terreno que ocupaban desde hace cuatro años. Las que no caben dentro de la capilla acampan afuera.
Derecho a la tierra y a la vivienda digna
Nelvia señaló a Radio Mundo Real que el supuesto dueño de los terrenos quiere recuperarlos para construir allí un barrio privado o “country” (como les llaman en Argentina), como parte del negocio inmobiliario en la provincia. Para ordenar el desalojo contó con el apoyo de la intendenta y de la Justicia .
La gentrificación expulsa a quienes sufren múltiples vulneraciones socioeconómicas y ambientales. El brutal desalojo comenzó a las 5 de mañana, hora en la que algunos vecinos llegaban de trabajar y otros salían. La sorpresa y violencia no les dio tiempo a sacar pertenencias de sus hogares.
“Hay gente que no tiene nada, que no pudo sacar nada”, contó Nelvia desde la capilla, rodeada de niños, algunos recién nacidos, otros enfermos por el frío y el hambre. “Hay muchas familias que no tienen lugar para vivir. Si pudiéramos comprar una vivienda no estaríamos usurpando tierras”, expresó Nelvia.
Si bien el proceso de toma de Parque Esperanza no es del Movimiento Campesino de Córdoba, desde el MCC y desde el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI), se solidarizaron con las vecinas y vecinos del barrio “por lo que significa la lucha por el derecho a la tierra”, dijeron a RMR y exigen «¡Basta de desalojos en el campo y en la ciudad!»
“Queremos una vivienda digna para cada familia”, agregó Agañaraz. Por eso, este jueves 7 de junio se movilizarán para volver a exigir respuestas a las autoridades locales, provinciales y nacionales que hasta el momento no se han comunicado con las 120 familias para realojarlas.
Imagen: MNCI