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No todo lo que brilla es oro

La Federación Costarricense para la Conservación de la Naturaleza (FECON) hizo una denuncia ante el Ministerio de Salud por contaminación con mercurio en la zona de Crucitas, en Cutris de San Carlos (cantón de la provincia de Alajuela), a raíz de la actividad minera ilegal.

La constatación de la contaminación con mercurio provino de un estudio realizado por la Universidad Nacional de Costa Rica, a pedido de la Dirección de Agua del Ministerio de Ambiente y Energía, y de otro trabajo de la Dirección de Geología y Minas de ese mismo Ministerio.

La FECON reclamó que se responsabilice a los dueños de la finca de nombre “Vivoyet”, donde se realiza la actividad minera, para que remedien el daño ambiental en la zona. No obstante, la afectación ambiental es provocada por los llamados “coligalleros” (mineros artesanales ilegales) que han invadido el predio y han contaminado con mercurio las aguas superficiales. Pero FECON argumenta que los propietarios de Vivoyet no han atendido el tema debidamente y piden que se les expropie el terreno.

Además, la organización costarricense denuncia una compleja trama de complicidad entre los mineros artesanales ilegales, el narcotráfico, el sector político y la minera Industrias Infinito (perteneciente a la canadiense Infinito Gold), que tuvo a cargo el proyecto minero Crucitas y le fue cancelado años atrás.

La zona de Crucitas es considerada como el mayor yacimiento de oro de América Central. Una vez cancelado el proyecto de Industrias Infinito, el país prohibió la minería de oro a cielo abierto. Ahora, los defensores de la minería a gran escala usan el caso de la contaminación con mercurio de la minería artesanal ilegal, para buscar impulsar nuevamente esa actividad a gran escala y a cargo de empresas transnacionales. La propia Industrias Infinito podría beneficiarse.

Sin embargo, la FECON alerta que según informes de la Dirección de Geología y Minas del Ministerio de Ambiente y Energía, con la minería artesanal ilegal se han extraído 173 873 metros cúbicos de material saprolítico (sobre todo tierra y arenas). Esto equivale a alrededor del 0,5 por ciento del volumen total de material que hubiera quitado Industrias Infinito, según su Estudio de Impacto Ambiental de marzo de 2002.

Según el presidente de la FECON, Henry Picado, Industrias Infinito “planeaba sacar 33 millones de metros cúbicos mientras tuviera la concesión”. En otra palabras, “el impacto ambiental que Industrias Infinito planteaba era unas 200 veces mayor que lo que representa el problema actual de la minería ilegal”, agregó Picado en comunicado de prensa difundido el 19 de diciembre por la organización que representa.

La Organización Mundial de la Salud califica el mercurio como una sustancia altamente tóxica y que plantea especiales problemas de salud pública. En el contexto de la minería ilegal en Crucitas, representa un peligro para los mineros, sus familias, las comunidades vecinas y la vida en general, explica el parte de prensa.

Resta agregar que Infinito Gold presentó en 2014 una demanda contra el Estado costarricense ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI, órgano del Banco Mundial), luego que se cancelara el proyecto minero Crucitas. La corporación basa el caso, que aún está en proceso, en que la cancelación del emprendimiento viola un acuerdo de promoción y protección de inversiones firmado entre Costa Rica y Canadá.

El propio presidente de la FECON, Henry Picado, hizo un reporte especial para Radio Mundo Real en el que explica la denuncia actual por la contaminación con mercurio en Crucitas y la posición ambientalista.