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“Gran paso adelante para toda la Humanidad”

La adopción por amplísima mayoría por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas esta semana de la Declaración de Derechos de Campesinos, Campesinas y otras personas que viven y trabajan en zonas rurales [1] representa “un gran paso adelante para toda la humanidad” que “ratifica y jerarquiza” a la producción agropecuaria familiar, campesina, e indígena como una clave para el futuro. Un futuro con derechos.

La Declaración rescata el concepto ya recogido por agencias de Naciones Unidas de que “la agricultura campesina, la pesca y la ganadería en pequeña escala pueden contribuir a asegurar una producción alimentaria sostenible para todos”.

En su artículo 1°, el documento define que “un campesino es un hombre o una mujer de la tierra, que tiene una relación directa y especial con la tierra y la naturaleza a través de la producción de alimentos u otros productos agrícolas. Los campesinos trabajan la tierra por sí mismos y dependen sobre todo del trabajo en familia y otras formas en pequeña escala de organización del trabajo”.

Y agrega que “el término campesino puede aplicarse a cualquier persona que se ocupe de la agricultura, la ganadería, la trashumancia, las artesanías relacionadas con la agricultura u otras ocupaciones similares en una zona rural”.

La Declaración asimismo destaca el derecho de los campesinos a la diversidad biológica, a la libre elección de semillas a cultivar, a la protección de los valores en la agricultura y al cuidado del medio ambiente.

Diego Montón, del Movimiento Nacional Campesino Indígena de Argentina y uno de los integrantes del equipo de representación de Vía Campesina Internacional en esta línea de construcción en el marco de las Naciones Unidas, dio su testimonio a RMR y trazó las líneas de acción de la organización una vez alcanzado el objetivo de la Declaración.

Diego destaca la amplia mayoría alcanzada para que esta Declaración pase a ser un nuevo instrumento de gobernanza global dispuesto por Naciones Unidas y su lugar en el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que tienen como horizonte el 2030.

El acceder a la tierra de cultivo, el no ser expulsados de los territorios en que viven y producen, así como a no ser criminalizados o amenazados, son destacados como algunos de los derechos esenciales alcanzados a explicitar en el documento por Diego Montón.

Con la mirada puesta en “el día después” de aprobada la Declaración, el campesino mendocino subraya que la base de sustento de la lucha por la Declaración trascendió largamente al mundo campesino e incluyó a pescadores, pescadoras, pueblos pastoralistas, entre otros.

“Viene una etapa de mucha difusión y de mucho trabajo de base así como de diálogo con los gobiernos en torno a esta Declaración” sostiene Montón en su mensaje para RMR. Y rescató el compromiso del gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia y de su presidente Evo Morales, en impulsar el debate en el Consejo de Derechos Humanos y la Asamblea General de Naciones Unidas.