El 12 de octubre la Caravana Migrante partió de San Pedro Sula (Honduras) con el objetivo de llegar a Estados Unidos.
Unas 7 mil personas de Honduras, El Salvador y Guatemala se han sumado a este éxodo que escapa de la violencia, la pobreza, el despojo que sufren en Centroamérica. «El origen de la Caravana responde a un contexto de violencia y pobreza generalizada, las condiciones mínimas de vida digna y respeto a los ddhh no han sido garantizadas, lo que obliga a miles de personas a desplazamientos forzados», denunció Otros Mundos Chiapas-Amigos de la Tierra México [1] este 22 de octubre.
Al llegar a la frontera con México el pasado fin de semana, las personas migrantes fueron reprimidas con gases lacrimógenos y golpes de las fuerzas policiales.
Para llegar a la frontera con Estados Unidos más cercana, las migrantes tendrán que caminar más de 2 mil kilómetros, o 4500 kilómetros si pretenden llegar a a frontera de Tijuana. Se estima que mujeres, varones, niños/as, adolescentes y mayores pueden demorar unos 40 días de caminata, con breves descansos, de manera insegura e insalubre. Ya se han registrado varios casos de violencia sexual contra mujeres y niñas. Mientras tanto, el presidente estadounidense Donald Trump amenazó con enviar tropas a la frontera para controlar a los miles que intentan pedir refugio.
Más allá del éxodo histórico que atraviesa estas latitudes de América Latina, las manifestaciones para denunciar las condiciones opresivas que se viven en Honduras no cesan. Bajo la consigna «Lo sacamos o emigramos», este martes 23 se lleva adelante una «Gran Caravana de la Dignidad» rumbo a la casa presidencial donde se aloja Juan Orlando Hernández, presidente de Honduras.
Compartimos el informe de Radio Humedales-Interruptus Radio [2] con audios de mujeres migrantes desde Ciudad Hidalgo (Suchiate, Chiapas), frontera mexicana con Guatemala.