“Es un momento muy importante, como un resultado de la efervescencia social, el levantamiento popular que comienza en octubre de 2019 pero que es también la acumulación de injusticias contra todo el pueblo chileno y que desde distintos frentes de la oposición al modelo neoliberal se venían denunciando”, dice Viviana Catrileo, dirigenta de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas de Chile (ANAMURI) a Radio Mundo Real.
En Chile más de 14 millones de personas podrán ser parte de la consulta que definirá la posibilidad de contar o no con una nueva Constitución, para decir adiós a la Constitución de 1980, redactada y aprobada bajo el régimen militar de Augusto Pinochet.
“Este es un país en que todo el funcionamiento del Estado está en crisis y en que el neoliberalismo ya no cabe en el cuerpo del Estado y los pueblos ya no resistimos su peso en nuestras espaldas”, agrega Catrileo.
“Es un momento muy importante de acumulación fuerzas en que nos convocamos a cambiar el estado actual de cosas y al Estado” – Viviana Catrileo – ANAMURI (CLOC-VC).
El domingo 25 hay, primero, dos opciones: APRUEBO o RECHAZO cambiar la Constitución. Para Viviana no hay dudas que ganará el APRUEBO. La otra decisión es si se aprueba una Convención Constitucional o Mixta, que define cuál será el órgano a cargo de la redacción de la nueva Carta Magna chilena.
“Nuestra esperanza este domingo es que gane el APRUEBO CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL. Es un hito en el que los pueblos vamos a definir el camino por nuestros derechos y es a la vez un paso delante de la gran lucha por la justicia y dignidad social”.
La composición de la Convención Constitucional debe ser 100% paritaria y se destinarían “cupos” para pueblos originarios. Sin embargo, Catrileo advirtió: “Nos preocupa que a la fecha el Parlamento no se ha pronunciado en torno a los escaños reservados para los pueblos originarios en lo que será lo que sigue luego del plebiscito en que ganaremos el APRUEBO. Es decir: en la redacción de la nueva Constitución los pueblos originarios estamos exigiendo se garantice nuestra participación con escaños reservados, por justicia y democracia en un ESTADO que debe autodefinirse Plurinacional”.
Desde la ANAMURI llevan muchos años trabajando en la formación política de sus integrantes, concientizando sobre la importancia de “eliminar la Constitución de la dictadura” y, en este contexto de pandemia, “hemos movilizado el mensaje entre nuestras compañeras sobre la necesidad de jugárnosla por ir a votar este 25 de octubre”.
Catrileo estima que habrá “muchos obstáculos” para dificultar la llegada a los centros de votación, “sumado al miedo y la campaña del terror que ha desplegado la derecha a través de los medios de comunicación masiva; pero tenemos la clara conciencia de que nos merecemos una sociedad igualitaria y equitativa, que reconozca y dignifique a las mujeres, la lucha campesina, pueblos originarios y clase trabajadora en su conjunto”, concluyó.
Ya sea que se apruebe una convención Constituyente o Mixta, habrá un plazo de trabajo de nueve meses, que será prorrogable por otros tres meses más para presentar la propuesta de una nueva Constitución, que después será sometida a un nuevo plebiscito -ratificatorio o de salida- donde el voto será obligatorio.
La gran marcha de Chile. 25 de octubre 2019, Migrar Photo.
Desde la Central Unitaria de Trabajadores (CUT Chile), Tamara Muñoz, remarcó que el cambio a la Constitución es una demanda histórica del movimiento social y sindical: «Lo que ocurrió el 18 de octubre del 2019 es la síntesis de las demandas que hace años se venían exigiendo en Chile. Una de estas demandas era el cambio de la Constitución heredada de la dictadura, que sólo ha generado mayor precarización al pueblo».
«Como CUT tenemos la expectativa de que triunfe la Convención Constitucional por sobre la Mixta y que seamos las y los chilenos quienes escribamos nuestra propia historia. Hemos decidido llevar constituyentes desde el mundo sindical para participar en la construcción de esa nueva Constitución.
«Es importante que la Nueva Constitución garantice y coloque el valor del trabajo en el centro de la sociedad y el valor que las y los trabajadores generamos al país. Sin duda, el rol que debe tener el Estado es garantizar los derechos sociales fundamentales: el derecho al trabajo, pensiones dignas, derecho a salud, educación, vivienda, etcétera. Así como ha tener participación en las decisiones de país».