Los IALAS nacieron como una estrategia de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-La Vía Campesina) para formar jóvenes, hijos e hijas de familias campesinas e integrantes de sus organizaciones, en agroecología.
El primer IALA fue fundado en Barinas (Venezuela) en 2006 como un acuerdo entre La Vía Campesina y el comandante Hugo Chávez. Después se crearon IALAs en Brasil, Paraguay, Chile, Colombia, Argentina y Nicaragua. En este Voz Campesina estaremos comentando varias de esas experiencias.
«Para La Vía Campesina [1] la formación política-agroecológica constituye un proceso continuo, amplio y sistemático de reflexión sobre la práctica, de incorporación de conocimientos socialmente producidos. Un proceso de producción y socialización de nuevos conocimientos desde las realidades concretas en que se vive, respetando la multiplicidad de saberes y la diversidad social y humana.»
Para conversar sobre distintas experiencias de IALAS en América Latina y el Caribe compartimos este programa con: Marlen Sanchez – Coordinadora del IALA Ixim Ulew Mesoamérica (Tierra de Maíz, en lengua maya k’iche’); Darwin Hernández – integrante del Central Nacional de Trabajadores del Campo CNTC Honduras, egresado del Ixim Ulew; Viviana Catrileo de ANAMURI y del IALA Sembradores de Esperanza en Chile; y Fabián Pachón del IALA Maria Cano de Colombia.
En la segunda parte del programa, Lieber Montaña, de la coordinación del IALA Paulo Freire en Venezuela nos detalló cómo es esta experiencia bolivariana de formación agroecológica.
«La formación de los IALAS se enfoca en la agroecología con contenido político y social; está destinada a la familia campesina» para fortalecer, a su vez, a sus organizaciones y sus luchas, explicó Sánchez.
Estas escuelas comparten los principios de La Vía Campesina y el rol pedagógico que caracteriza a los IALAS, pero los contenidos pueden diferir según los contextos donde están ubicadas, según los gobiernos de cada país, entre otros factores, explicó Sánchez. Se diseña el plan de estudio en base a necesidades que registran las campesinas y los campesinos de cada país, añadió Pachón desde Colombia, y se desarrollan los procesos educativos de manera autónoma.
«En estas universidades campesinas se lleva adelante una estrategia de masificación de la agroecología a partir de la formación metodológica campesino a campesino, para construir una pedagogía de paz», añadió Pachón. La Metodología Campesino a Campesino, inspirada en el modelo cubano, hace que científicos y técnicos deban acercarse al campesinado y aprender de ellos, no a la inversa. «Los maestros, los educadores son el campesinado, el salón de clases son las parcelas de los pequeños productores», agregó Pachón, quien invitó también a leer las publicaciones sobre IALAs en Biodiversidad [2].
En el cotidiano de los IALAS se intercambian saberes y experiencias en cuanto a prácticas agroecológicas, necesidades de los/as estudiantes, cómo construir autodeterminación y poder popular. El IALA fomenta esto, lo que ayuda a mejorar las condiciones de vida en el campo y en descolonizar el saber, entendiendo que esos saberes se construyen desde las comunidades. Estas herramientas de aprendizaje nos empoderan. En Chile hablan de «diálogo de saberes» como metodología, cada una aporta desde su construcción personal, identitaria, cultural, explicó Catrileo.
«Nuestra bandera principal de lucha, como un eje transversal tanto en formación, en quehacer y en proyección como CLOC, es la soberanía alimentaria. Esto se va fortaleciendo en la articulación e interacción entre los IALAS», y se le suman pilares claves como la lucha por la tierra y los territorios. Por eso es que Catrileo afirma que los contenidos teóricos y prácticos son siempre políticos.
«Los IALAS nos enseñan a visibilizar las prácticas violentas que reprimen día a día nuestra vida y nuestros derechos como campesinos», dijo Darwin Hernández. Él y otros egresados y egresadas serán promotores de agroecología en sus países y en la región. «La expectativa es que la gente joven que estamos formando vaya a hacer las luchas con sus organizaciones y podamos incidir en las políticas de Estado en nuestros países para que la vida en el campo sea diferente», concluyó Sánchez.