El pasado domingo 5 de mayo, los ciudadanos panameños participaron de las elecciones para escoger al presidente, diputados de circuitos, alcaldes municipales y representantes de corregimientos.
Una contienda muy reñida entre los 3 principales candidatos a la presidencia, que a última hora sale el candidato Laurentino “Nito” Cortizo, del Partido Revolucionario Democrático (PRD) con 33.1%, luego el candidato Rómulo Roux, del partido Cambio Democrático (CD) con 31.06% y el candidato independiente Ricardo Lombana con19.32 %.
Es importante destacar que el total de electores era de 2.757.823 y de estos participaron 1.931.297, con 25.938 votos nulos y 18.686 en blanco según el último informe del Tribunal Electoral de Panamá.
Esta contienda electoral arroja una nueva lectura de la cultura política del país, ya que persiste aún la partidocracia dirigida por el poder económico y político tradicional. Para las nuevas generaciones y para ciudadanos independientes el descontento ante la corrupción, impunidad y falta de oportunidades sociales puede que en los próximos comicios electorales estos últimos partan como favoritos.
Así en Panamá, quién hubiera salido de algún partido político criollo, mantendría sumida la vida sociopolítica y económica a los dictámenes neoliberales.
Para el movimiento social, representa seguir la lucha por la verdad y justicia social, afincada a las aspiraciones por poder bajo el instrumento político independiente o un frente amplio que acuerpe distintas fuerzas sociales y progresistas.
Por ahora la lucha se centra en la rendición de cuenta, la lucha contra la corrupción, la igualdad hacia el bienestar social y la defensa de los intereses sociales del país.
Por: Olmedo Carrasquilla Aguila