Cada 20 de Mayo, desde 1996, Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos víctimas de la última dictadura cívico militar, junto a otras organizaciones que defienden los derechos humanos, convocan a la Marcha del Silencio por «verdad, memoria y que nunca más exista la tortura, las ejecuciones y la desaparición forzada de personas…», como decía la primera consigna.
La fecha elegida conmemora los asesinatos cometidos en Buenos Aires (Argentina) del senador del Frente Amplio Zelmar Michelini, del diputado del Partido Nacional Héctor Gutiérrez Ruiz y de los militantes Rosario Barredo y William Whitelaw. Un ejemplo más del Plan Cóndor, coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur.
Cientos de miles de manifestantes marchan cada año a las siete de la tarde desde la Plaza Los Desaparecidos en América hacia la Plaza Libertad, en el centro de Montevideo (capital de Uruguay), con flores, a veces velas, a veces paraguas -si toca una noche tormentosa como la del año pasado- y la bandera uruguaya, sin expresiones político partidarias. Así, en silencio, solo roto cuando se grita «Presente» ante cada uno de los 197 nombres del listado de militantes detenidos desaparecidos entre 1973 y 1985, y entonando el himno nacional al final, las y los uruguayos homenajean a las víctimas de la dictadura y repudian las violaciones de los derechos humanos cometidas entonces, que permanecen mayormente en la impunidad. Este año no se realizará la 25º Marcha del Silencio para evitar aglomeraciones en el actual contexto de pandemia por coronavirus.
BÚSQUEDAS
Recién en 2005, a 20 años de recuperar la democracia, durante el primer gobierno del Frente Amplio, se creó el Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF), para buscar los cuerpos.
Hasta el momento, de 197 uruguayos y uruguayas detenidos-desaparecidos solo se han encontrado los restos de cinco de ellos en predios militares de Uruguay: Ubagésner Chavez Sosa (enterrado en una chacra de la Fuerza Aérea), Fernando Miranda (B13), Ricardo Alfonso Blanco Valiente (B14), Julio Castro (B14), Eduardo Bleier (B13). Otros restos han sido localizados en Argentina, Paraguay, Chile y Bolivia [1]: una prueba más de cómo operó el Plan Cóndor en el Cono Sur.
A la lista de víctimas deben sumarse los 123 asesinados políticos (en prisión o en operativos represivos) listados por un grupo de historiadores e historiadoras que trabajó en la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado reciente, más los asesinados en el período pre-dictatorial represivo de 1968 a 1973.
HACER DE MAYO EL MES DE LA MEMORIA
Este año, debido a la pandemia de la COVID-19, los familiares invitan a decir presente el 20 de mayo, con banderas, fotos y carteles usando la consigna SON MEMORIA, SON PRESENTE, ¿DÓNDE ESTÁN?, participando en forma virtual de la Marcha del Silencio.
«Invitamos a colocar en cada hogar, espacio, lugar de trabajo, distintivos de esta lucha como lo son la margarita, las fotos de las personas detenidas desaparecidas, las siluetas, las consignas permanentes de verdad, justicia, memoria y nunca más; así como de la 25ª Marcha del Silencio (balconeras, pañuelos, tapabocas, camisetas). Sus intervenciones en las redes, en sus hogares, en los muros será el gran llamado que nos una en el reclamo de ese día», dice la convocatoria [2] de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos.
Este 20 de mayo a las 19 horas (Uruguay) habrá una transmisión en vivo en el canal de YouTube de la organización [3] donde se emitirá el video con las fotos de cada compañero y compañera detenido/a desaparecido/a. Al unísono gritaremos PRESENTE luego de cada nombre.
Para visualizar todas las iniciativas, invitamos a que las publiquen en sus redes bajo los hashtags:
#marchadelsilencio2020
#marchadelsilenciopresente
https://www.youtube.com/watch?v=ayKhCudTVyQ
En la conferencia de prensa [4] que integrantes de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos realizaron este martes 19 en la Institución Nacional de Derechos Humanos agradecieron «a todas las personas, familias, que, en cada casa, barrio, plaza, lugar de trabajo, individualmente o desde distintos agrupamientos, colectivos, sindicatos, cooperativas a lo largo y ancho del país desplegaron su creatividad y sensibilidad demostrando que esta causa es de todos».
En este 20 de mayo «excepcional», marcado por la pandemia y la necesidad de limitar la distancia física entre nosotros, que determinó la decisión de no realizar la marcha como siempre, en la calle, «de alguna manera potenció la cercanía emocional y redobló el compromiso de incontables compatriotas que con su sensibilidad han logrado hacer de Mayo un mes de la memoria, [que] se multiplicó exponencialmente con cada margarita, cada balconera, cartel, pintada; cada aporte creativo de muchísima gente, hasta hacerla más visible y extendida que nunca».
DAR SEÑALES CLARAS POR LA MEMORIA, LA VERDAD Y LA JUSTICIA
Desde la organización de derechos humanos exigieron a los tres poderes del Estado que trabajen por la verdad y la justicia y acaben con la impunidad de los terroristas de Estado. Esto implica que se asigne un presupuesto acorde para la búsqueda de los restos de los desaparecidos y para garantizar recursos humanos que investiguen en profundidad, permitiendo juzgar los crímenes de lesa humanidad. A la vez, exhortaron al actual Jefe del Ejército y al ministro de Defensa a que viabilicen información para saber dónde están los restos y enjuiciar a los responsables.
Desde Familiares también criticaron que el Poder Ejecutivo les negara la cadena nacional que serviría para difundir el mensaje de la organización, y reiteraron su preocupación por la participación del partido militar Cabildo Abierto en las decisiones gubernamentales y parlamentarias.
En este sentido, recordaron las recientes palabras del senador (ex Jefe del Ejército) Guido Manini Ríos en el Parlamento, quien hizo una «reivindicación de los criminales de estado [que] se extiende en el menosprecio del poder Judicial. No es novedoso, pero sí una alarma que nadie debiera ignorar», dijeron los familiares de desaparecidos.
OTRA FORMA DE LUCHAR POR VERDAD Y JUSTICIA
En 2019 se presentó LUISA [5] (Leyendo Unidos para Interpretar loS Archivos) un programa informático para recuperar en forma voluntaria los textos ilegibles de los archivos que inteligencia militar creó durante la dictadura cívico-militar uruguaya (1973-1985).
Cualquier persona, en cualquier lugar del mundo, puede participar en esta tarea y aportar información a las causas judiciales para que los crímenes de lesa humanidad no queden en la impunidad.