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¿Nuclear y carbón? No, gracias.

La compañía japonesa Hitachi, a través de su empresa subsidiaria Horizon, anunció que suspenderá la construcción de un nuevo reactor nuclear en la isla de Anglesey en Gales (Reino Unido), el sitio de la planta nuclear más antigua de Gran Bretaña cerrada en 2015.

El proyecto se había anunciado a fines de 2017, pero a mediados de enero de este año Hitachi comunicó oficialmente que “congelaba” su ejecución por falta de fondos de inversión públicos y privados.

La suspensión de este nuevo reactor nuclear fue celebrada por la organización Amigos de la Tierra Japón que, junto al grupo antinuclear galés “Personas contra Wylfa B” (People Against Wylfa B-PAWB, por sus siglas en inglés), lleva a cabo una campaña anti-nuclear.

Ambas organizaciones recordaron la necesidad de frenar todos los proyectos de energía nuclear debido a los riesgos humanos y de contaminación que conllevan: “La energía nuclear pone a los residentes de zonas linderas a los reactores en un gran riesgo de sufrir accidentes y hará convivir a futuras generaciones con desechos nucleares que no tienen solución”.

Por eso exigieron a Hitachi y a los gobiernos de Japón y Reino Unido “acabar con el negocio nuclear y con la construcción de nuevos reactores nucleares y, en su lugar, invertir en energías renovables, que son más seguras y económicamente viables”. Además, exhortaron a que se invierta dinero en las víctimas de desastres nucleares como el ocurrido el 11 marzo de 2011 en la central de Fukushima.

Apagar el carbón

Cada vez más países de Europa apagan sus fuentes energéticas basadas en carbón, como ha ocurrido en varias regiones de Francia y Alemania. Asia parece sumarse a esta iniciativa de “descarbonizar” la energía. En este caso, varias empresas japonesas han decidido cancelar a fines de enero un proyecto para instalar la planta de energía a base de carbón, llamada “Chiba Sodegaura”, tras evaluar que “no tendrá el rendimiento previsto al inicio” del proyecto.

En la zona cercana a la construcción hay jardines de infantes, una escuela media y hospitales que se verían afectados por las emisiones de dióxido de carbono, que se habían estimado en 12 millones de toneladas de CO2 al año, contrario a la tendencia mundial de reducción de gases de efecto invernadero. A tres kilómetros del proyecto también se ubica uno de los humedales más importantes en Japón que podría verse afectado por las descargas térmicas de la planta.

Amigos de la Tierra Japón junto a otras organizaciones se han manifestado en la bahía de Tokio desde 2016 para frenar esta planta de carbón por los impactos ambientales y en la salud que tienen estos proyectos.

Desde esa organización ambientalista advirtieron que todavía hay 39 proyectos de centrales eléctricas de carbón: 10 en funcionamiento y 29 en evaluación / construcción, por lo que anunciaron que seguirán luchando junto a las comunidades locales por cancelar todas las plantas eléctricas de carbón en Japón.

En lugar de construir la planta de energía a base de carbón «Chiba Sodegaura», las empresas Idemitsu Kosan (dueña del terreno donde se construiría la planta de energía), Kyushu Electric Power y Tokyo Gas evalúan crear una planta basada en gas natural líquido como fuente alternativa para la generación de energía.