Con mucho esfuerzo los tareferos y tareferas de distintas agrupaciones del litoral argentino llegaron este 10 de octubre a Buenos Aires para marchar frente al Ministerio de Desarrollo Social y posteriormente acampar frente al Congreso de la Nación en la capital argentina.
Sus consignas son: “Condiciones dignas de trabajo, acceso a seguridad social, revalorización del subsidio interzafra, libertad para el dirigente Hugo Silva”.
Las condiciones laborales de los trabajadores de la yerba mate son semi-esclavas. Durante el período de cosecha los tareferos trabajan sin franco, hacinados en precarias viviendas de lonas sin agua potable ni servicios sanitarios. En muchas ocasiones es necesario el trabajo de una familia entera para alcanzar un salario básico, lo que lleva a que niñas y niños abandonen la escuela para trabajar con sus padres.
Otro rasgo de la precariedad laboral del sector es la desinversión y falta de control en seguridad laboral, lo que provoca un alto índice de accidentes, muerte de trabajadores por causas evitables y posterior desamparo de familias enteras.
En cuanto a los salarios, del precio final del paquete de yerba que se paga en el mercado sólo el 1 por ciento es para los tareferos, el resto es apropiado por las empresas yerbateras y una gran cantidad de intermediarios.
El período sin cosecha –de aproximadamente 6 meses de duración – implica una brutal disminución de ingresos para los trabajadores. Quienes se encuentran registrados perciben (sólo por un periodo de tres meses) el Subsidio Interzafra. Este subsidio consiste en un monto de $2300 que representa el 21% del salario Mínimo Vital y Móvil. Durante los meses restantes los trabajadores no tienen trabajo ni ingresos.
Por otro lado, los tareferos denuncian persecución política por parte del poder para acallar sus luchas. Es el caso del dirigente misionero Hugo Silva, detenido por usurpación de tierras tras un intento de ocupación de un predio por familias sin techo. “Nos quedamos hasta que nos den respuestas”, afirmaron.