Dewayne Johnson, un jardinero estadounidense de 46 años, tiene cáncer del sistema linfático. Su enfermedad la produjo “sustancialmente” el uso de herbicidas como Roundup -que aplicaba en terrenos escolares-, producido por Monsanto (hoy Bayer), una empresa transnacional que ha negado sistemáticamente los efectos cancerígenos y de otros tipos en la salud humana y las afectaciones en cultivos y ecosistemas.
Dewayne Johnson denunció a Monsanto por causarle esa enfermedad terminal y ganó: tras dos meses de audiencias, el 10 de agosto la Justicia de California falló a su favor y sentenció que Monsanto “actuó con malicia” y “ocultó información” porque “sabía de los daños del Roundup y Ranger Pro y no advirtió” al respecto. Es la primera vez que se gana un juicio contra Monsanto.
La condena ordena que esta corporación pague 289 millones de dolares en compensación por los daños causados. Se estima que el fallo puede provocar unos 450 juicios más que se tramitan en esa corte estatal de San Francisco y otras 4 mil demandas más están en marcha en Estados Unidos por personas que denuncian haber sido afectadas por la exposición al Roundup y presentan síntomas similares al linfoma no Hodgkin.
Para analizar la trascendencia que implica este fallo a nivel mundial, Radio Mundo Real entrevistó al médico argentino Damián Verzeñassi, titular de la Cátedra de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Rosario, coordinador de campamentos sanitarios, declarante en el Tribunal contra Monsanto en La Haya.
“El fallo es realmente importante para legitimar las luchas que venimos dando por estos lados contra el uso del glifosato”, dijo el académico. “Estos jueces de Estados Unidos, no vinculados al ambientalismo, afirmaron con contundencia las afectaciones que produce el glifosato y quedó evidenciado cómo Monsanto fraguó los trabajos que le permitieron legitimarse públicamente bajo un supuesto paraguas que le daban estudios científicos pagados por la propia corporación, y compró a referentes de la EPA (Agencia de Protección Ambiental) y la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) para lograr la autorización de productos que claramente eran dañinos para la salud”, agregó.
Gracias a la demanda de un millar de afectados por el glifosato existen los Monsanto Papers [1] que han probado que Monsanto manipuló informes científicos, realizó presiones a organismos de control y sobornó a la prensa para ocultar información que la compromete por sus daños a la salud.
Además, se han producido distintas pruebas de este vínculo a través de investigaciones científicas, muchas de las cuales están reunidas en una «Antología toxicológica del glifosato» que reúne unos 830 trabajos académicos y dan cuenta del vínculo entre ese químico con el cáncer, malformaciones, intoxicaciones y abortos espontáneos, entre otras afecciones.
Quienes litigaron en California “citaron una variedad de estudios de investigación que indican que el ingrediente activo en los herbicidas de Monsanto, el químico llamado glifosato, puede producir cáncer NHL y otras enfermedades”, informó La Vaca, y vale recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificó el glifosato como probable carcinógeno humano en 2015 [2].
“A esta altura ninguna autoridad política puede desconocer cuál es el daño que producen estos productos. Decir que puede convivir el uso de agroquímicos con producciones agroecológicas es cínico”, sostuvo Verzeñassi.