El 3 de noviembre de 1993, un grupo de indígenas y campesinos/as del norte de la Amazonía ecuatoriana iniciaron una demanda judicial por crímenes ambientales a una de las petroleras transnacionales más poderosas del mundo: Texaco (actualmente Chevron). En ese momento nació oficialmente la Unión de Afectados y Afectadas por Texaco (UDAPT) [1]. La demanda es el hito fundador de una organización que lucha hace 30 años por la vida, y es también tal vez la principal causa de su reconocimiento internacional. En las pantallas gigantes del último recital en Ecuador de Roger Waters, ex vocalista de Pink Floyd, podía leerse “Chevron, tienes que pagarle a la gente ahora, te demandaron y perdiste, contaminaste la tierra, les debes 9 billones de dólares”.
La sentencia a la que refieren estos mensajes fue dictada hace 11 años y ratificada en 2018, pero aún hay 30.000 damnificados/as esperando que se cumpla. UDAPT acompaña también otro caso icónico en la lucha socio ambiental, el caso de los mecheros [6], en el que nueve niñas afectadas por la quema de gas licuado demandaron al estado de Ecuador. Al igual que la demanda contra Chevron, este caso tiene un fallo a favor de eliminar los mecheros que no se respeta [7].
Cuando está en juego la vida, desistir no es una opción
En tres décadas UDAPT nunca bajó los brazos, se mantuvo en unidad y fortaleció su organización de base. Desde sus inicios está integrada por seis nacionalidades indígenas: Quichua, Shuar, Siona, Siekopai, Cofán y Huaorani, y campesinos/as asentados/as en la zona. Eligen a sus representantes cada cuatro años y funcionan de manera asamblearia. Además tienen secretarías de mujeres, jóvenes y adultos mayores, proyectos de salud, formación e investigación en los territorios.
En el marco de su 30 aniversario conversamos con Ramiro Ortiz, subcoordinador de UDAPT, perteneciente al pueblo indígena Cofán. El dirigente repasó los daños generados por Texaco desde su llegada hasta hoy, porque aunque la transnacional se fue de la Amazonía ecuatoriana en los años 90, explotó las tierras de las provincias de Sucumbíos y Orellana desde los años 70 y sus efectos nocivos continúan: desechos tóxicos, contaminación de los ríos, el aire, suelo y subsuelo, pérdida de biodiversidad, altísimas tasas de cáncer en la población, desplazamientos forzados y avasallamiento de culturas.
Para Ortiz este proceso de 30 años se sostiene en la unión de diversas nacionalidades indígenas, que dejaron de lado sus diferentes lenguas, formas de vivir y cosmovisiones, para buscar una reparación integral justa para todas las comunidades y sus futuras generaciones.
Antirracista y contra la impunidad corporativa
“Luego de 30 años de litigio, de obtener cuatro sentencias favorables a los pobladores de la Amazonía, con 16 jueces que encontraron a Chevron culpable del daño causado en la Amazonía Norte del Ecuador, hoy con un laudo arbitral, basado en un convenio Bilateral de Protección de Inversiones, se pretende dejar en indefensión a los más de 30.000 afectados y afectadas por los tóxicos dejados por Chevron”. El último comunicado [8] de UDAPT deja claro en cinco líneas que su lucha es también contra la impunidad transnacional, por eso la organización es parte de la Campaña Global para Desmantelar el Poder Corporativo [9].
Ortiz reflexionó sobre este tema: “a pesar de que tenga millones de dólares y miles de abogados, nosotros hemos ganado con la verdad, se ve la alegría en los diferentes rostros, eso es algo que no se puede comprar”. El defensor ambiental también recordó a María Aguinda, mujer Quichua que encabezaba la demanda contra Chevron y falleció a fines de noviembre de cáncer, la enfermedad que azota la región a causa de la contaminación, según UDAPT.
El subcoordinador de la organización enfatizó: “no pedimos dinero para nosotros, indemnización o compensación, pedimos reparación y tenemos cinco componentes principales”. Estos son: agua limpia para las familias, tratamiento para las personas con cáncer, recuperación de las culturas de los Pueblos Indígenas, recuperación de suelos y subsuelos para poder sembrar y limpieza de ríos y esteros.
El caso Chevron es un claro ejemplo también de racismo ambiental, por tanto, la lucha de UDAPT es también una lucha antirracista. Así reflexionó Ortiz: “todos conocemos que en la Amazonía hay grupos de Pueblos Indígenas que habitamos durante miles de años. Eso nunca se respetó (…) no se cumplen con las consultas previas, libres e informadas, nunca somos consultados, eso es una forma de racismo, porque creen que somos indígenas ignorantes, que no conocemos de leyes y derechos”.
Solidaria e internacionalista
UDAPT es un grupo de base, nace y crece desde los territorios, pero además ha buscado articulación y alianzas nacionales e internacionales, porque la solidaridad y trabajo internacionalista es otra de sus líneas de acción. Aunque ya hace varios años que trabajan juntos, en noviembre de este año UDAPT se unió como miembro pleno a la federación ecologista más grande del mundo: Amigos de la Tierra Internacional [18].
Ruedas de prensa, toxictours, foros en centros educativos, movilizaciones contra la violencia hacia la mujer y por el día de los derechos humanos. Para celebrar sus 30 años de resistencia y seguir visibilizando su lucha, UDAPT realizó actividades todos los días de noviembre. Para el cierre se convocó a una movilización y una “feria de la resistencia”, con productos artesanales y orgánicos producidos por habitantes de la zona. “Fue muy interesante esos 30 días para poder representar y decir a Chevron y al Estado que estamos unidos y luchando por justicia”, dijo Ortiz.
UDAPT trabaja con más de 130 comunidades. Además de las luchas comunes, cada comunidad tiene su propia lucha porque los territorios se ven afectados por diversas actividades u operaciones. A la explotación de petróleo y la quema de gas, se suman por ejemplo la cacería ilegal y los monocultivos. También hay comunidades que fueron desplazadas y hoy luchan por la recuperación de sus territorios.
Popular e intergeneracional
Apenas le quedan algunos días a 2023. El próximo año UDAPT seguirá de pie, luchando por vida digna y justicia ambienta como lo hace desde 1993. Actualmente están en un litigio para que el Estado se haga cargo de atender gratuitamente a los pacientes con cáncer en su lugar de residencia. Por esto demandaron a la Secretaria Técnica Amazónica. “No estamos pidiendo que regalen nada, estamos pidiendo que cumplan la ley que está establecida”. Ortiz compartió una buena noticia para cerrar, ya ganaron tres instancias de cuatro.
“Si dejamos nosotros esta lucha, nuestros hijos se encargarán de darla, y los hijos de nuestros hijos la continuarán, como lo hemos demostrado”. Esta frase de Justino Piaguaje [25] de la nación Siekopai grafica a la perfección lo que fue, es y será la UDAPT.