En 20 años Radio Mundo Real (RMR) se transformó, como la realidad. Transitamos por el proyecto diferentes personas, cambiamos nuestra página web, diversificamos los productos y ensanchamos la mirada a todas las regiones.
Pero nuestra identidad se mantuvo intacta, como nuestra convicción; la de ser un medio de comunicación por y para los movimientos sociales.
RMR nació en 2003 como proyecto político de REDES – Amigos de la Tierra Uruguay (REDES – AT) [1] en coordinación con Amigos de la Tierra Internacional (ATI) [2], la federación ambientalista más grande del mundo. Decidimos que era fundamental tener un espacio para generar contenidos, y compartir información y análisis políticos en profundidad sobre los impactos de la globalización neoliberal. Esa globalización negaba y continúa negando los derechos de los pueblos y destruía territorios y medios de sustento, lo que amenazaba la soberanía alimentaria y los servicios públicos, por nombrar solo dos ejemplos.
Informar sobre esos impactos junto a los movimientos y comunidades más afectadas fue nuestro compromiso desde el inicio, cuando hicimos la cobertura periodística de la cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Cancún, México, uno de los mojones de la lucha en defensa de la agricultura campesina.
Nos sumamos a un esfuerzo colectivo de tejer una comunicación altermundista, contra el neoliberalismo.
Fue así que coordinamos con los movimientos sociales y la extensa red de radios comunitarias de América Latina, y generamos y nos sumamos a procesos de convergencia, con la intención de ser una “radio de radios”, y en articulación con otros medios populares, buscamos conectar el mundo digital con la radio de aire. Así construimos nuestra perspectiva comunicacional, en diálogo, y con el tiempo estrechamos alianzas y construimos relaciones de confianza con las luchas territoriales.
Aprendimos de las comunidades y los movimientos sociales.
Continuamos cubriendo la resistencia desplegada contra las negociaciones de la OMC y contra el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), así como las disputas en torno a las conferencias de Naciones Unidas (ONU) de Cambio Climático y Biodiversidad. Difundimos los procesos de lucha contra la privatización del agua y de la naturaleza y contra los agronegocios, los monocultivos y la minería, y amplificamos las demandas de los movimientos y comunidades afectadas en pos de un Tratado Jurídicamente Vinculante de ONU sobre Empresas Transnacionales con respecto a los derechos humanos.
Contamos las historias de las defensoras ambientales perseguidas en la villa malaya de Bukit Koman por resistir al avance de la minería de oro; de las/os habitantes del sur de Durban, Sudáfrica, afectadas/os por uno de los polos petroquímicos más contaminantes del mundo; de las organizaciones sociales movilizadas en las calles de París, Francia, por justicia climática; y de las/os afectadas/os por los desastres ambientales de Vale en los municipios brasileños de Mariana y Brumadinho, entre cientos de otros relatos.
Dos décadas. No es poco. Es una partecita de la historia, de un compromiso de una organización que lucha por la justicia ambiental, social, económica y de género y la soberanía de los pueblos, junto a movimientos sociales y comunidades de todo el mundo.
A eso nos dedicamos quienes construimos comunicación popular, a recoger las memorias de los pueblos y a difundir lo que el capital intenta por todos los frentes invisibilizar, las resistencias y luchas populares, la historia desde las bases, o mejor dicho, la base de la historia.
La comunicación es esencialmente política. ¿Qué historias vamos a contar? ¿Qué saberes y conocimientos circulan en nuestra comunicación? ¿Qué discursos vamos a impugnar? La comunicación es una de las herramientas fundamentales de los movimientos y organizaciones sociales para alcanzar una sociedad más justa. La propia labor comunicativa construye movimiento, da forma y llena de sentido la acción, y además nos descubre protagonistas.
Desde esta concepción, la comunicación popular también debe ser colaborativa, un coro de voces. Los medios masivos son grandes, los medios comunitarios y alternativos son pequeños, pero muchos y organizados, no compiten, cooperan, y aquí radica nuestro poder. Es por esto que hemos recorrido junto a tantas organizaciones amigas los diversos procesos de convergencia de comunicaciones e integración.
No podríamos nombrar a todas las organizaciones y militantes que han hecho posible este recorrido de RMR. Son muchos los movimientos sociales y comunidades que se sumaron a la apuesta de REDES – AT que luego asumió ATI. Y un proyecto que se enorgullece de ser colectivo deja que su trabajo hable por todas y todos.
Si algo nos genera orgullo es que los movimientos piensen, en distintos contextos y momentos, que en sus luchas también debe estar RMR, como un proyecto político comunicacional, que trasciende lo individual.
A esta editorial sumamos un trabajo gráfico y un corto audiovisual de algunas decenas de segundos. En todo caso, con estos materiales compartimos una muestra de nuestra historia que también es la de ustedes, y nuestro agradecimiento, porque no lo hubiéramos logrado solas/os.
“Nuestra historia” es la historia de RMR, de los movimientos, organizaciones y las/os comunicadoras/es que la hicieron suya como espacio de construcción, militancia y trabajo, que crecieron en él. Es también la historia de REDES – AT y de ATI, es la historia de los movimientos y organizaciones sociales aliadas, y es la historia de las luchas de los pueblos del mundo, a los cuales pertenecemos.
La historia es nuestra, pero no somos sus propietarias/os, sino sus hacedoras/es. Son 20 años contando historias, diciendo con otras/os, construyendo un gran nosotras/os, porque decir mueve y pensamos seguir en movimiento.
Radio Mundo Real