El paro nacional con movilización del jueves en Colombia es saludado por los diversos colectivos sociales como uno de los mayores de la historia del país, al menos la reciente. Las protestas siguen este viernes, de forma espontánea.
Millones de personas se volcaron a las calles ayer en Colombia contra el “paquetazo de Duque” (Iván, presidente nacional). Si bien la capital del país, Bogotá, sobresalió entre las ciudades con más manifestaciones, las organizaciones sociales destacan que las ciudades “intermedias” de las diversas regiones de Colombia también se destacaron por la masiva presencia popular.
El paro nacional fue convocado, entre otros aspectos, en rechazo a las propuestas del gobierno de reforma laboral, de reforma al régimen de pensiones, y para denunciar los más de 730 asesinatos de líderes y lideresas sociales desde la firma en noviembre de 2016 de los acuerdos de paz entre el Estado colombiano y las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El paquete neoliberal de Duque, con la participación del Fondo Monetario Internacional, terminó de hartar a un pueblo que “le quitaron tanto, que ya le quitaron el miedo”, como rezaba una de las miles de pancartas del jueves en las protestas.
#21NSomosTodos [1] #Cúcuta [2] se hizo presente en el #ParoNacional21N [3] para rechazar la reforma tributaria pic.twitter.com/9OLr0vvnwd [4]
— Central Unitaria de Trabajadores (@cutcolombia) November 22, 2019 [5]
Ayer en la noche sorprendieron incluso, y lo siguen haciendo hoy, los “cacerolazos” espontáneos de la gente en diversas ciudades, que además han servido para “amedrentar” el afán represivo de la Policía y de su fuerza especial de choque “Escuadrones Móviles Antidisturbios” (ESMAD). Hubo denuncias de represiones en varias ciudades, con uso excesivo de la fuerza.
El martes, dos días antes del paro, hubo allanamientos simultáneos en varias ciudades del país en casas de dirigentes del Congreso de los Pueblos y otros movimientos sociales. [6] Los operativos buscaron desestimular las protestas, interpretaron las organizaciones y movimientos sociales. Pero no surtieron ese efecto.
Radio Mundo Real presenta las entrevistas realizadas este viernes a la dirigente campesina Nury Martínez, de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria (FENSUAGRO) y Vía Campesina Colombia, y al coordinador de la organización ambientalista CENSAT Agua Viva – Amigos de la Tierra Colombia, Diego Cardona.
Nury destacó el carácter nacional de la movilización y consideró que “la gente ya está cansada de tanta represión contra el pueblo, sobre todo porque en este momento se están planteando políticas contra los pensionados, la reforma laboral, la tributaria, todo va en contra”. “Esto es algo que lo siente todo el mundo, no es solamente de un sector específico de la sociedad colombiana”, explicó.
Agregó que la protesta fue una “respuesta a tanto asesinato, a tanto muerto, a que no pase una semana sin tener cuatro o cinco asesinatos y que el gobierno no diga absolutamente nada o solo diga que se debe a diferencias en las comunidades”. “La disputa fundamental es contra las transnacionales que se quieren llevar los recursos naturales por las licencias que otorga el gobierno. Donde más se han entregado licencias mineras es donde hay más conflicto”, fustigó la dirigente campesina. Además, explicó que “la gente que han asesinado es porque está peleando por sus derechos, por vivir y estar en el territorio, por producir comida para los colombianos”.
En cuanto a las demandas campesinas en particular en el marco del paro nacional, la representante de FENSUAGRO y Vía Campesina en Colombia dijo que el gobierno de Duque no ha mostrado ni una mínima voluntad política para implementar el Fondo de Tierras que se planteó en los acuerdos de paz, o restituir más de seis millones de hectáreas. “A nosotros no nos reconocen como sujetos políticos de derechos, no nos reconocen que estamos en los territorios produciendo alimentos, nos tratan como si no existiéramos”, fustigó Nury.
En tanto, Diego Cardona reivindicó el carácter diverso de la protesta, que unió a estudiantes, indígenas, afros, campesinos, trabajadores, etre otros actores, y subrayó que las acciones siguen este viernes, con manifestaciones y bloqueos, por ejemplo al transporte público. Diego saludó que el paro ha sido “de las movilizaciones más grandes que recuerde la historia reciente del país”.
El coordinador de CENSAT Agua Viva – Amigos de la Tierra Colombia habló de varios aspectos, pero le pedimos que se centrara en algunas cuestiones importantes para el ambientalismo. Dijo que lo primero era el “llamada de respeto y reivindicación de la vida como un valor, que tiene que estar por encima de cualquier otro”. Y se sumó “a la denuncia y exigencia de respeto a la vida de luchadores y luchadoras sociales y ambientales en el país”. “ Hay que recordar que alrededor del 20 por ciento de las personas asesinadas han sido líderes y lideresas por la defensa de los derechos ambientales y de los recursos naturales”, señaló Diego.
El ambientalista colombiano también cuestionó que el Plan Nacional de Desarrollo, que es el plan de gobierno, legaliza la deforestación como mínimo de unas 600 000 hectáreas de tierras, “para dedicarlas al acaparamiento, a la ganadería o a la expansión de los monocultivos de palma (aceitera) principalmente”.