Congresistas y representantes del Ministerio de Minas y de la Unidad de Planeación Minero Energética participaron en audiencia pública descentralizada que se realizó en el Segundo Encuentro Nacional del Movimiento Ríos Vivos. Desde RV propusieron la remunicipalización de la energía como una forma de manejo energético desde y para los pueblos.
La audiencia fue coordinada por el congresista David Racero, de la Coalición Decentes (Colombia Humana) de la Cámara de Representantes de Bogotá. En el Congreso creó una Mesa Ambiental donde participan representantes de todas las bancadas y discuten sobre las problemáticas de distintos territorios, por lo que se espera que puedan canalizar allí algunas discusiones que hoy se plantearon en la audiencia.
El objetivo de la audiencia fue generar propuestas y posiciones articuladas en torno a la transición minero-energética justa con el fin de cambiar la matriz energética de Colombia, pensando otras formas de producción de energía y, por qué no, de consumo.
A través de este tipo de audiencias públicas se recogen voces que, desde mucho tiempo atrás, están marcando una agenda alternativa al desarrollo que proponen las corporaciones y se espera poder potenciarlas a nivel nacional para diseñar nuevas políticas públicas.
Racero destacó la necesidad de contar con un movimiento social como Ríos Vivos, “que siempre puja y está en resistencia” dando un “derrotero moral por encima del capital y de los intereses privados”.
A su vez, recordó la postura de su partido político de tener “un pie en el gobierno y otro en el pueblo” porque “venimos de la gente”.
“Necesitamos más redes -agregó el congresista-, no solo con el movimiento ambientalista, sino con otros actores como el movimiento estudiantil, que ayer nos dio una lección con las masivas movilizaciones en todo el país” defendiendo la universidad pública. Más redes para aumentar los apoyos y “posicionar el tema ambiental con alternativas como la energía limpia”.
Por último, Racero subrayó que: “Para que país cambie no debemos esperar que políticos cambien. El país ya está cambiando, lo demostramos en este 2018 y el cambio no tiene reversa”.
Cambios en marcha
“¿Es realmente la producción minero energética la ‘locomotora’ de Colombia, si el petróleo aporta 2 por ciento y los hidrocarburos 7.23 al PIB?”, cuestionó Racero. Además señaló que el Estado adecuó la normativa para recibir inversiones extranjeras que benefician a transnacionales y causan déficit fiscal. El 70 por ciento de la inversión directa extranjera es en petróleo, minerías y carbón, pero poco de esa inversión queda en el país.
Las exenciones tributarias para transnacionales petroleras asciende al 75 por ciento: eso es lo que deberían pagar al Estado, unos 80 billones de pesos que no le entra al fisco por tributación. De allí que Rocero planteó que se podría, sin reforma tributaria, ajustar lo que las multinacionales deben pagar al estado por usufructuar recursos naturales.
Por otra parte, según datos oficiales, en Colombia hay mayor generación de energía renovable (71 por ciento) -entre biomasa, eólica, solar e hidráulica- que no renovable (28 por ciento es combustible fósil), pero esto ocurre “porque se cuenta la energía generada por hidroeléctricas como una fuente renovable y energía limpia, aunque estas consideraciones son discutible”, dijo el congresista.
Colombia es el tercer país que más exporta carbón en el mundo, después de Australia y China, y tiene una producción de petróleo que pasó de 786 mil barriles de petróleo por día en 2010 a 856 mil en 2018, pero la tierra no aguanta más y ya se proyecta que esa producción va a bajar. En la balanza, la bonanza minero energética da en baja también porque la generación de empleo no es tal, sino que multiplica las economías informales, aumenta las situaciones de prostitución, los desplazamientos forzados y la persistencia de necesidades básicas insatisfechas. “Por eso hay que cambiar, si no es por conciencia será por necesidad”.
Impulsar nuevas fuentes de energía
El profesor Miller Dussán, representante de ASOQUIMBO, y Juan Pablo Soler de Ríos Vivos, expusieron las propuestas para cambiar la matriz energética, primero definiendo de qué transición estamos hablando, no de aquella a la que se refieren los tecnócratas, que no incluyen a las comunidades porque dudan que puedan participar o les tratan de “ignorantes”. No queremos esa transición, sino una que incluya consultas populares y permita “legislar desde los pueblos”, como señaló Soler en su intervención.
A diario se construyen proyectos mineros de pequeña escala, así como pequeñas centrales hidroeléctricas con procesos irregulares, en varias zonas “aquello que no hizo el paramilitarismo y la guerrilla lo hace un proyecto extractivista”, dijo Soler, en referencia a las masacres documentadas por RV. Tras entender los conflictos ambientales que se están generando por eso, y sabiendo por la experiencia en los territorios que la energía hidroeléctrica no es limpia, el movimiento Ríos Vivos se propone encabezar la incidencia y construcción de nuevas políticas públicas desde un ejercicio descentralizado.
En este sentido, propusieron crear una comisión nacional de represas, evaluar beneficios e impactos del proyecto minero energético y de generación de hidroelectricidad, que Ecopetrol se vuelva la empresa nacional de energía y que se promueva la remunicipalizacion de la energía como condición necesaria para la transición energética. Es decir, “la capacidad de los municipios de producir su propia energía de manera suficiente para pasar de ser clientes a usuarios y generar condiciones de vida digna en campo y ciudad”.
A sabiendas de que la transición toma tiempo, “el desafío del movimiento es pensar un plan de acción de aquí al próximo encuentro, que incluya el uso de eólica, solar, biodigestores y otras energías renovables que ya hemos puesto en marcha”, dijo Soler. Allí radica la capacidad de transformación del modelo minero energético.
Por último tuvieron lugar las intervenciones de Camilo Tautiva, representante del Ministerio de Minas y Energía, y Luis Alfredo Hernández, de la Unidad de Planeación Minero Energética, que respondieron al oficio solicitado por Ríos Vivos para la Audiencia Pública y no quisieron hacer declaraciones a la prensa. De sus declaraciones se destaca que manifestaron la intención de diversificar la matriz energética de Colombia, pero no de manera democrática sino tecnocrática: dividiendo al país en regiones, en función del tipo de energía que se quiere potenciar en cada una y abriendo la subasta pública para ofertar proyectos. Es decir, continuar apostando a la energía como un recurso a comercializar no a poner en común.
A esto se suma que desde la UPME hicieron referencia a la situación de Hidroituango. Si bien señalaron que evaluarán la situación de la zona en los próximos 5 años y que hay incertidumbre sobre si continuar la obra o no, para algunos de los presentes esto les sugirió que no van seguir este megaproyecto, sino a reemplazar con subastas de energía eólica, solar e incluso pequeñas represas.
El reclamo fue generalizado: los asistentes hubieran preferido que estuvieran presentes los ministros o viceministros de esas instituciones, además de la Contaduría, de la Procuraduría y del Ministerio de Ambiente.