Vecinas y vecinos agrupados en la Asamblea El Algarrobo, en la provincia argentina de Catamarca, denuncian el incumplimiento, de parte del Estado y de la empresa minera Agua Rica, de las leyes y resoluciones judiciales vigentes que suspenden toda exploración y explotación del yacimiento Agua Rica.
El 27 de diciembre denunciaron en redes sociales que el agua bajaba con un color raro por el canal de la Aguada y recomendaban a la población no consumir agua corriente, no bañarse en los canales y cerrar las llaves de paso para no dejar entrar el líquido a los tanques, mientras tomaban muestras para estudiar si había contaminación.
Silvina Reguera, integrante de la Asamblea El Algarrobo, dijo que es «alarmante» la situación que se vive en Andalgalá, donde el agua está contaminada, los casos de cáncer se multiplican entre sus habitantes y faltan servicios básicos -desde agua potable hasta atención sanitaria-. “La minera Alumbrera se lleva 100 millones de litros de agua por día, desde hace 20 años”, denunció Reguera en RMR.
Megaimpactos de la megaminería
El estado de alerta en que viven los 20 mil habitantes de Andalgalá y los pueblos linderos tiene que ver con el incumplimiento de dos resoluciones judiciales que disponen la suspensión de toda exploración y explotación del yacimiento Agua Rica, incluyendo un fallo histórico de la Corte Suprema de Justicia Argentina emitido en marzo de 2016.
En Andalgalá existe desde 1997 la explotación de oro a cielo abierto del yacimiento Bajo La Alumbrera. Fue la primera explotación de este tipo en Argentina y fue llevada a cabo por Minera Alumbrera, una unión transitoria de empresas conformada por XstrataCopper, Yamana Gold, Goldcorp, Glencore y el Estado.
En el año 2000, la población supo que la transnacional canadiense Yamana Gold, a través de su sucursal en Argentina denominada “Minera Agua Rica”, planeaba abrir el yacimiento Agua Rica que sería tres veces mayor que Bajo La Alumbrera. Preocupados por las consecuencias que eso tendría para el medioambiente y para sus vidas comenzaron a movilizarse, sabiendo que el saqueo y la destrucción ambiental que ya producía La Alumbrera se multiplicaría con otro proyecto de megaminería.
Con marchas y acampes lograron resoluciones judiciales y ordenanzas que se encuentran vigentes. La primera resolución fue dictada por el juez de Minas de Catamarca en marzo de 2010, y la segunda por el Juez de Garantías de la Segunda Circunscripción de Andalgalá en agosto de 2016. Esta última, en respuesta al fallo obtenido de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en marzo del mismo año, luego del segundo Acampe por la Vida realizado en Buenos Aires frente a la sede de la Corte.
También sigue vigente la Ordenanza 029/16 de la Municipalidad de Andalgalá, que prohíbe la explotación minera en cualquiera de sus formas en la subcuenca del Río Andalgalá, y la Ley Nacional de Preservación de los Glaciares y Ambiente periglacial que prohíbe la explotación minera en áreas glaciales y periglaciales. El yacimiento minero Agua Rica no tiene el informe de Impacto Ambiental aprobado.
Actualmente la Asamblea El Algarrobo [1] denuncia que el juez de Garantías de Andalgalá, Rodolfo Cecenarro, trabaja para la minera, ha ordenado reprimir a manifestantes y está “cajoneando” (desconsiderando) el amparo judicial que prohíbe la actividad minera en la zona. “La justicia catamarqueña funciona como un feudo minero”, denuncia Reguera.
Siguen en pie
El 14 de diciembre de 2009, los vecinos Aldo Flores y Sergio Martinez comenzaron la lucha en Andalgalá cortando un camino de tierra para denunciar que comenzaban las obras de Minera Agua Rica. Los reprimieron pero siguieron juntándose a la sombra de un algarrobo. Allí se creó la asamblea, que desde entonces realiza caminatas a la plaza central del pueblo cada sábado y en marzo de 2019 cumplirá 500 rondas en el lugar.
“Si nosotros cedíamos en el SÍ A LA MINERÍA, estábamos diciendo ‘NO’ al agua que nos da la vida. El agua es vida, el oro es un metal, y había que hacer entender a la gente que teníamos que defender lo que nos pertenece”, dicen Urbano Cardoso, 79 años, de Andalgalá y Raúl Martínez, 81 años, que integran la asamblea El Algarrobo por “la defensa de nuestro pueblo, del aire que respiramos, de la luz del sol que recibimos, de la tierra”.
Actualmente, Andalgalá es uno de los lugares de Argentina donde el porcentaje de enfermos con cáncer es enorme. «Se nos están yendo», dicen Urbano y Raúl.
La acción decidida y perseverante de las y los vecinos de Andalgalá continúa para lograr el respeto a los derechos humanos y la clausura definitiva de los proyectos de megaminería a cielo abierto en su territorio.
Agradecemos a Amigos de la Tierra Argentina los audios de Urbano y Raúl obtenidos en la cobertura de la Primera Cumbre Latinoamericana del Agua para los Pueblos [2] en Argentina.