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Evidencias de la Covid-19 en la Franja de Gaza

“Los ataques de la ocupación israelí contra los palestinos han contribuido en gran medida a dañar las instalaciones sanitarias y al propio personal de salud. Esos continuos ataques han causado miles de heridos y cientos de muertes, lo que incrementa la carga sobre los hospitales”, alertó la investigadora palestina especializada en sistemas de salud Aisha Yousif Elbasuoni.

En tanto, la ingeniera ambiental Balqis Khozundar lamentó que Gaza sufre una “catástrofe ambiental”. La falta de acceso a agua potable y saneamiento, a la electricidad, al combustible y la contaminación del aire, entre otras cosas, son consecuencia de la ocupación israelí, de los daños que provocan sus ataques militares y del bloqueo.

Aisha y Balqis, ambas residentes de Gaza, fueron entrevistadas por Radio Mundo Real, con el apoyo de PENGON – Amigos de la Tierra Palestina, como parte de las acciones de la organización para defender los derechos humanos en Gaza, en cooperación con la fundación Heinrich Böll. El objetivo fue conocer con mayor profundidad cómo se vive en Gaza, los principales desafíos y dificultades para enfrentar la Covid-19 y los reclamos a la comunidad internacional.

Gaza está al borde de volverse inhabitable”

“Gaza ha quedado reducida a un murmullo humanitario”, afirmó el martes Michael Lynk, Relator especial de las Naciones Unidas (ONU) sobre la situación de los derechos humanos en el territorio palestino ocupado.

El experto saludó el acuerdo del lunes [1] entre el movimiento palestino Hamas, que gobierna Gaza, y la administración israelí, para cesar la escalada de violencia casi diaria que se vivía desde el 6 de agosto en la Franja de Gaza e inmediaciones.

“Gaza está al borde de volverse inhabitable”, agregó Lynk, según una nota publicada por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) [2], principal entidad de la ONU en el ámbito de esos derechos.

El experto fustigó: “No existe una situación comparable en el mundo en la que una población tan grande haya soportado un encierro tan permanente, en gran parte sin poder viajar o realizar actividades comerciales, y bajo el control de una potencia que la ocupa en incumplimiento de sus obligaciones internacionales humanitarias y de derechos humanos solemnes. Nuestros estándares internacionales de dignidad y moral no admiten tales experimentos sobre la desesperanza humana”.

Según Lynk, como consecuencia de ese prolongado bloqueo, los dos millones de residentes de Gaza enfrentan un sistema de salud colapsado, la falta de agua potable, un suministro de electricidad inadecuado y esporádico, una grave situación económica, niveles de pobreza extrema e índices de desempleo entre los más altos del mundo. El uso del castigo colectivo por parte de una fuerza ocupante, e Israel lo es en Palestina, está estrictamente prohibido por las leyes internacionales [2], incluyendo el Artículo 33 del Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra (Convenio IV).

Asedio militar y catástrofe ambiental

“Quiero que te imagines que no tienes agua en tu casa por tres días, es un desastre”, nos interpeló Balqis Khozundar. Explicó que el agua no es apta para consumir ni cocinar alimentos, pero además a veces ni siquiera está disponible. La ingeniera dijo que la contaminación ambiental afecta al común de la gente, y que la calidad del aire es aún peor por las acciones militares de Israel. Algunas de las enfermedades más comunes en Gaza son el cólera, la salmonella y el cáncer.

Balqis agregó como otro de los graves problemas la falta de electricidad. Gaza sufre una “catástrofe ambiental”, denunció, y dijo que la ocupación israelí y el bloqueo de ese país de Gaza son centrales entre las causas de ese estado de situación, porque no se puede acceder a filtros y otros artefactos importantes para el tratamiento de las aguas residuales.

A la hora de pensar en las demandas a la comunidad internacional, nuestra entrevistada pidió que se presione a Israel para que cese inmediatamente su asedio a la Franja de Gaza y garantice al menos los derechos humanos básicos de la población palestina.

El coronavirus en Gaza

Según cifras del Ministerio de Salud palestino del 3 de septiembre [3], el total de casos de Covid-19 en Cisjordania y la Franja de Gaza llegaba a 31 929, con 10 070 casos activos, 21 670 recuperados y 189 fallecidos. Si tomamos en cuenta solo la Franja de Gaza, el total de casos era de 581: 500 activos, 76 recuperados y 5 muertos.

Las autoridades palestinas pusieron en marcha planes de emergencia y encierro para enfrentar la Covid-19, que en algunos momentos incluyó el toque de queda en la Franja de Gaza como medida preventiva.

Aisha, que es también jefa de la unidad de proyectos y búsqueda de fondos del Programa de Salud Mental de la Comunidad de Gaza (GCMHP, por sus siglas en inglés), alertó que el accionar israelí complica gravemente las posibilidades de hacer frente efectivamente a la Covid-19. “Es de esperar que las dificultades humanitarias se tornen aún peores como resultado del coronavirus”, dijo.

Para la profesional no hay dudas: la grave situación humanitaria es consecuencia de los 72 años de ocupación israelí en Palestina y de los más de 13 años de asedio a la Franja de Gaza, sumados a los ataques militares israelíes regulares.

Aisha ha tenido una extensa carrera profesional en proyectos de desarrollo de medios de vida y negocios en entornos de crisis humanitaria y conflicto. Tiene una Maestría en administración de empresas y una Licenciatura en ingeniería de control y comunicaciones, con más de diez años de experiencia de trabajo con la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés) y organizaciones comunitarias en la Franja de Gaza.

La profesional es integrante [4] además de la Organización de Mujeres en Ciencia para el Mundo en Desarrollo (OWSD, por sus siglas en inglés) [5], parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) [6].

“Ser pobre significa vivir en condiciones insalubres y de hacinamiento. El acceso al agua limpia y alimentos sanos no existe y no hay cómo comprar desinfectantes, guantes y máscaras”, dijo Aisha sobre la situación en Gaza. “Según la Organización Mundial de la Salud [7], el distanciamiento social es una medida proactiva contra la Covid-19. Pero es difícil para dos millones de palestinos viviendo en áreas sobre pobladas practicar ese distanciamiento”, argumentó. La especialista explicó además que la sobre población en la Franja de Gaza es consecuencia, entre otras cosas, del asedio militar israelí y las severas restricciones que impone al tránsito rumbo y desde esa ciudad.

Aisha continuó su exposición para Radio Mundo Real sobre las graves dificultades para enfrentar la pandemia: “la higiene personal y el lavado de manos son de las medidas más importantes para prevenir la infección por Covid-19. Sin embargo, como resultado de la destrucción de la infraestructura de Palestina por los ataques sistemáticos de la ocupación israelí, los sistemas de saneamiento son casi inexistentes”.

El 3 de julio pasado la federación ambientalista Amigos de la Tierra Internacional (ATI) condenó [8] un plan israelí de anexión de la mayor parte de Cisjordania. En esa comunicación ATI aseguró que “el pueblo palestino sufre cotidianamente los impactos de la injusticia ambiental” por el accionar israelí y que fue testigo de esas injusticias durante sus misiones de solidaridad a Palestina en 2012 [9] y 2013 [10].

Un sistema de salud colapsado

Aisha relató que en Palestina existen cuatro tipos de proveedores de servicios de salud: el Ministerio de Salud, que es el regulador y principal proveedor, la UNRWA, el sector privado y también las organizaciones no gubernamentales. Agregó que, como consecuencia de la inestabilidad política, el sistema de salud es fragmentado, con dificultades de coordinación entre los actores y escasos recursos. “Es imperativo atender estos elementos para poder diseñar e implementar planes de emergencia de salud efectivos”.

Además, Aisha señaló que los cortes de electricidad diarios perjudican el trabajo de los hospitales, afectan los sistemas de agua y saneamiento e interrumpen la continuidad de la debida atención a la población en los centros de cuarentena.

La profesional consideró que se necesita un plan “más conciso y unificado”, con una visión de largo plazo para combatir la pandemia efectivamente. Evaluó que la crisis de la Covid-19 evidenció aún más las carencias del sistema de salud pública, como su falta de preparación, de inversión y las debilidades en su gobernanza. “La pandemia es una oportunidad para los gobiernos y donantes de atender estas prioridades”, dijo.

Aisha enfatizó también que Palestina necesita apoyo financiero y alimentario para aliviar los impactos sociales y económicos de la pandemia, y a fin de prevenir un colapso aún mayor, especialmente para las poblaciones más vulnerables, como los refugiados y quienes viven en lugares no accesibles. Además, llamó a las organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos e incidencia política a “presionar a Israel” para que abandone su asedio sobre Palestina.

* Todas las fotografías usadas en este artículo son de PENGON – Amigos de la Tierra Palestina.

** Las citas textuales usadas en esta nota son, obviamente, responsabilidad de las personas entrevistadas. El resto de la pieza es de entera responsabilidad de Radio Mundo Real (Amigos de la Tierra Internacional).