La publicación “Manejo comunitario del territorio y soberanía alimentaria” de Amigos de la Tierra América Latina y el Caribe (ATALC) es un “aporte esperanzador contra el modelo de muerte que se impone en nuestros territorios”, dijo la ambientalista mexicana Claudia Ramos.
El informe, difundido el miércoles por ATALC [1], contiene varias experiencias en diversas regiones de América Latina que “dan cuenta del conocimiento y desarrollo de prácticas de agroecología, de manejo, cuidado y gestión del bosque, por parte de comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes”, agregó Claudia en charla con Radio Mundo Real.
La activista es parte de Otros Mundos Chiapas – Amigos de la Tierra México [2], organización que integra ATALC, y fue una de las personas a cargo de la sistematización, contenido y edición del nuevo trabajo. Fue entrevistada para nuestra radio por Marie-Pia Rieublanc, también de Otros Mundos Chiapas.
El nuevo documento es un trabajo colectivo de varias organizaciones que son parte de ATALC, liderado por los programas de Bosques y Biodiversidad y de Soberanía Alimentaria de esa red de organizaciones ambientalistas de América Latina y Caribe. El trabajo incluye la posición política de la red, con la clara conciencia de que son las comunidades locales en los territorios las que han desarrollado tradicionalmente las prácticas analizadas.
ATALC espera, según nos contó Claudia, que el trabajo aporte para profundizar la discusión junto a organizaciones y movimientos sociales aliados sobre manejo comunitario de bosques y prácticas en los territorios de comunidades locales, fuera de los procesos de la llamada “economía verde”.
“Para nosotros territorio significa el espacio más allá de la delimitación geográfica en el que pueblos y comunidades convivimos con nuestro medio, bosque, agua. Es donde desarrollamos nuestra vida diaria, se resignfica nuestra espiritualidad por ejemplo, nuestra cultura, y es un espacio del que nos apropiamos y que además defendemos”, explicó Claudia. “Esto en el marco de un análisis más profundo de lo que ya nos han enseñado estos pueblos y comunidades alrededor de América Latina, sobre por qué defender el territorio, la biodiversidad, nuestros conocimientos, nuestros sistemas agrícolas”.
Las experiencias que se relatan y analizan en el nuevo trabajo transcurren en Brasil, Argentina, Uruguay, Guatemala, México y Colombia, entre otros países. En ellas se visibiliza también el papel de las mujeres en los procesos de cuidado y manejo agroecológico, y su rol político en la defensa y gestión de los territorios, lo que implica su participación en los procesos de organización comunitaria y de toma de decisiones, por ejemplo. Todo en un marco de violencia machista que a veces se reproduce también dentro de las comunidades, según advirtió Claudia.
La activista de Otros Mundos Chiapas agregó en la entrevista que el trabajo colectivo ha llevado a ATALC a constatar que “el modelo extractivo, la economía verde, el agronegocio y la financiarización de la naturaleza, causan no sólo destrucción ecológica y muerte material, sino también daños irreparables, exterminio de culturas, biodiversidad y modos de vida tradicionales”. “Es perceptible que estas injusticias afectan tierras, agua, biodiversidad, e igualmente a las personas, sus cuerpos, sus autonomías y autodeterminación”, sentenció.
En contrapartida, “gracias a los conocimientos y poblaciones en los territorios hemos podido pervivir”, aseguró Claudia. “Hay datos que nos hablan que comunidades tradicionales e indígenas con manejo y gestión del bosque han logrado una mayor convivencia y conservación (en el amplio sentido de la palabra) de macizos forestales por ejemplo”, explicó. “Tiene que ver con una relación de interconexión en que los seres humanos son parte de la naturaleza”.