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Reino Unido: ¿los derechos humanos han muerto?

Una serie de leyes y decretos altamente represivos amenazan los derechos humanos y las libertades en el Reino Unido. Las preocupaciones centrales que mantienen en alerta a la sociedad civil organizada son: restricción del derecho a la protesta, discriminación y represión hacia las minorías étnicas, y el desmantelamiento de la Ley de Derechos Humanos.

Radio Mundo Real entrevistó a Denis Fernando, Campañista de Derechos y Justicia de Amigos de la Tierra Inglaterra Gales e Irlanda del Norte [1] para conocer cuáles son los posibles impactos de leyes como la de Nacionalidad y Fronteras, Ley Electoral y Ley de Orden Público.

La ley y el orden

Son varios los impactos o consecuencias sociales que podrían tener, en caso de aprobarse, este paquete de leyes y propuestas de reformas que el gobierno británico puso en marcha. En cuanto a la Ley Electoral “podría privar del derecho al voto a más de dos millones de electores, porque ahora los votantes necesitarán un documento de identidad con fotografía para emitir su voto, y algunas personas no tienen (…) y muchas no se enterarán hasta el día de la votación en las urnas, cuando ya será demasiado tarde”, dijo Fernando.

La Ley de Nacionalidad y Fronteras “privará a los ciudadanos con doble nacionalidad de su ciudadanía británica sin previo aviso, y es posible que hayan oído hablar del plan de vuelos de deportación a Ruanda, que son inhumanos”. Sobre esto último el activista contó que el primer vuelo, que pretendía llevar a personas solicitantes de asilo al país ubicado en África Oriental, fue detenido por la intervención del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Pero este hecho en vez de llamar a la reflexión al gobierno británico, recrudeció las medidas, “nuestra actual ministra del Interior, Suella Braverman, dijo que sueña con estos vuelos de deportación” graficó el entrevistado.

Para el movimiento ambientalista en particular y para el de derechos humanos en general la cuestión de las personas desplazadas y despojadas de sus territorios es central en su lucha. Así lo explicó Denis Fernando: “este va a ser el siglo del refugiado climático ya que los eventos climáticos catastróficos están desplazando a millones de personas en todo el mundo”.

Sobre la Ley sobre Policía, Delincuencia, Tribunales y Sentencias, también llamada simplemente Ley de Policía, Denis contó que se profundiza su rol represivo y se refuerzan los poderes policiales. Además, en la Ley de Orden Público que actualmente está en discusión en el Parlamento se introducen otras restricciones fundamentales al derecho a protestar.

Los cambios que más preocupan dentro del proyecto de Ley de Orden Público son: tipificar como delito el lock-on, una acción utilizada en las protestas que puede traducirse como `encadenarse´ o `formar una cadena´, no solo preocupa la tipificación en este caso, sino que su redacción es tan amplia e imprecisa que, según explica Fernando, cualquiera que se tome de las manos puede ser detenido. También genera alarma la ampliación de las facultades policiales para detener por identificación y registro a los y las manifestantes, y la introducción de órdenes que prohibirían a determinadas personas asistir a futuras protestas.

Más miedo, menos democracia

El miedo y el castigo como forma de control social se hace presente con más fuerza en el Reino Unido a partir de este avance punitivas contra las luchas sociales y ambientales. Vale recordar algunos movimientos británicos contemporáneos que resuenan a nivel internacional como Just Stop Oil y sus intervenciones contra la quema de combustible fósil. Desde una perspectiva ecologista Fernando reflexionó: “debemos ser muy conscientes de que van a restringir nuestra capacidad de alzar la voz en esta década crítica, en este momento crítico, con respecto al cambio climático”, y agregó “se está impidiendo la protesta pacífica, se está obstaculizando la participación cívica, y estos son los fundamentos de la democracia”.

Denis Fernando puso como ejemplo dos movimientos históricos que, con su lucha desplegada en las calles, construyeron grandes cambios positivos para las sociedades, a pesar de la resistencia de quienes ostentaban el poder. El movimiento de mujeres sufragista de la mitad del siglo XIX y el movimiento contra el apartheid en la década del 70. Estos movimientos utilizaron “métodos de acción directa como el bloqueo, utilizaron el tipo de medidas que ahora corren peligro de verse amenazadas y que se describen en términos de terrorismo”, lamentó el activista.

Además, el proyecto de Ley de Orden Público, es un ataque directo al modo de vida tradicional de las 300.000 comunidades gitanas y nómadas, que habitan el territorio de Reino Unido. Sobre este impacto específico el periodista gitano Jake Bowers explicó en una nota [2]: “la parte cuatro del proyecto de ley tipificará un nuevo delito de allanamiento con `intención de residir´, con multas de hasta 2.500 libras esterlinas, junto con el embargo de viviendas y penas de prisión. Tiene enormes implicaciones para cualquiera que necesite defender y vivir en un terreno que no tenga la suerte de poseer técnicamente”.

La nota de Bower sigue: “cuando los miembros de mi comunidad, la comunidad gitana romaní de Gran Bretaña, se instalan en un terreno que no es de su propiedad, simplemente estamos siguiendo nuestro modo de vida como nómadas. Cuando nos trasladamos a una tierra, continuamos un viaje que comenzó en el subcontinente indio hace más de 1.000 años”.

Resistencia nacional y solidaridad internacionalista

Esta escalda conservadora y colonial del Reino Unido despertó la indignación de las organizaciones sociales, Amigos de la Tierra Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte comenzó la campaña #RIPUKHumanRights en redes sociales y realizó un llamamiento a proteger los derechos humanos y el derecho a protestar: salvar nuestros derechos para salvar el planeta. [3]  Esto desembocó en una campaña de solidaridad internacionalista [4].

Fernando Denis contó que el gobierno del Reino Unido tuvo que enfrentar a críticas en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU por sus decisiones sobre “el derecho a la protesta, la igualdad racial, el cambio climático, los vuelos de deportación de Ruanda, los refugiados, los migrantes y las comunidades minoritarias, las personas con discapacidad, el debilitamiento de la Ley de Derechos Humanos”. E incluso la comisión mixta de Derechos Humanos del Parlamento Británico se pronunció expresando que varias de las nuevas medidas tomadas van en contra de la Ley de Derechos Humanos.

“Esto demostró lo importante que es tener voces en la escena internacional que presionen al gobierno del Reino Unido, por lo que estamos muy agradecidos” subrayó el integrante de Amigos de la Tierra en el final de la entrevista.

 

La entrevista original en inglés se puede escuchar completa aquí [9]