El primer borrador de lo que podría ser la nueva Constitución chilena, en caso de aprobarse en plebiscito, se presentó el 16 de mayo al norte del país, en Antofagasta. El proyecto constitucional [1] tiene 499 artículos y compendia el trabajo de las numerosas comisiones de la Convención Constitucional [2].
Actualmente están en marcha tres comisiones: la comisión de preámbulo, que tiene como objetivo redactar una breve introducción de contenidos y propuestas; la comisión de armonización, que se encarga de revisar la redacción general y coherencia interna (por ejemplo, que no haya normas duplicadas o en contradicción); la comisión de normas transitorias, que establece de qué manera se va a transitar de una Constitución a otra.
El 4 de julio se presentará el borrador final, votado previamente por el pleno de la Convención Constitucional, que dejará de existir en esa misma fecha habiendo cumplido su objetivo final. Por norma, dos meses después, el 4 de setiembre, se realizará un plebiscito obligatorio con dos opciones: apruebo o rechazo. Si gana el rechazo queda vigente la actual Constitución, si gana el apruebo se comenzará con los procesos de transición para dar vigencia a la nueva Constitución chilena.
Alejandra Flores es mujer aymara, convencional constituyente por la región de Tarapacá e integrante de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI) [3]. En entrevista con Radio Mundo Real, contó: “esta propuesta es muy robusta en temas de derechos sociales. En la actual Constitución no tenemos el derecho a la salud sino el derecho a elegir qué sistema de salud integrar, y eso se repite con la educación, ahora (en el borrador constitucional) queda garantizado el derecho a una educación gratuita, a la vivienda digna, los derechos de niñas, niños y adolescentes, los derechos de las personas mayores, de las personas con discapacidad, los derechos de la naturaleza y los animales, y el reconocimiento de nuestro país como plurinacional, intercultural y ecológico”.
Todos estos derechos que nombra Flores no están mencionados en la actual Constitución de Chile. El programa de televisión chileno “La REDacción Constitucional” hizo una comparación entre la Constitución vigente y la nueva propuesta. La palabra que más se repite en la actual carta magna es “presidente”, sin embargo, en el borrador constitucional la palabra que más se puede leer es “derecho”. Más que palabras, esta comparación deja ver dónde está el centro de los textos y sobre qué cuestiones gira la legislación, las responsabilidades del Estado y sus políticas.
ANAMURI tuvo una participación activa e incidente en la redacción de la nueva propuesta constitucional. La organización realizó una valoración positiva del proceso y del borrador. Su iniciativa y participación fueron cruciales para la aprobación del derecho a la alimentación y dos artículos muy importantes.
Artículo 17: “Es deber del Estado asegurar la soberanía y seguridad alimentaria. Para esto promoverá la producción, distribución y consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentación sana y adecuada, el comercio justo y sistemas alimentarios ecológicamente responsables”.
Artículo 18: “El Estado garantiza el derecho de campesinas, campesinos y pueblos originarios al libre uso e intercambio de semillas tradicionales”.
Flores destacó: “lo que logramos en cuanto a la soberanía alimentaria y derecho a las semillas abre nuevos caminos porque vamos a dejar de considerar, en el futuro, que la alimentación sea un negocio”. Lo mismo sucede con las semillas, el principio y origen de los alimentos: “la semilla deja de ser un bien que se use para lucrar, como negocio. De esta manera se protege la agricultura tradicional y se evita que estas semillas puedan ser patentadas, como ya estuvo sucediendo en el caso de la quinoa”.
Por primera vez en la historia chilena, el borrador constitucional reconoce la plurinacionalidad del país andino:
“Chile es un Estado Plurinacional e Intercultural que reconoce la coexistencia de diversas naciones y pueblos en el marco de la unidad del Estado”.
“La plurinacionalidad existe, existimos, estamos, tenemos nuestra cultura, tenemos nuestro idioma y vivimos en territorios específicos”, enfatizó Flores. “Este reconocimiento es un hito importante, histórico (…) da paso a que nuestro país pueda desarrollarse en un marco de respeto y reconocimiento entre diversas culturas y no que haya unas sobre otras”, agregó la dirigente indígena.
Luego de que se presente el borrador final de la nueva Constitución el 4 de julio, comenzarán las campañas oficiales para el apruebo y el rechazo. Al respecto, Flores advirtió que “la campaña de rechazo comenzó hace muchísimo tiempo, desde los inicios de este plebiscito que dio vida al proceso constituyente”. “Hubo un sector que se manifestó por el rechazo al cambio de Constitución y han continuado con esas acciones de dar difusión a la negación de hacer cambios, ha habido una campaña mediática y de redes sociales muy fuerte”, añadió.
La integrante de ANAMURI contó que “de ser aprobada (la nueva Constitución) va a ser un ejemplo para el mundo en temas de democracia paritaria, ya que actualmente somos 77 mujeres y 77 varones que dimos vida a esta propuesta”. “Esta paridad la insertamos dentro de la nueva Constitución, porque mandata al Estado a que todos los órganos incorporen la paridad”. El nuevo proyecto constitucional también mandata al Estado a tomar medidas para que la democracia chilena, además de paritaria e inclusiva, sea participativa, comunitaria y representativa.
“Se abren espacios de participación donde las personas van a poder tener iniciativas populares (y proponer leyes), van a poder derogar normas, participar con acciones vinculantes. Por lo tanto, se pasa de una democracia solamente representativa a una democracia representativa pero a la vez participativa”, finalizó Flores.