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Modelo fallido: maquillaje verde

“Es una farsa” decir que la Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible (RSPO, por sus siglas en inglés) resuelve las graves afecciones socio ambientales de esa industria, dijo la ambientalista nigeriana Rita Uwaka. “Hay más abusos ambientales y de derechos humanos en los países donde están la mayoría de las empresas certificadas por la RSPO”, agregó.

Desde el lunes y hasta este jueves se celebra en Sabah, Malasia, la conferencia anual de la RSPO, para discutir, entre otras cosas, cómo detener la deforestación, según información oficial del encuentro. La RSPO tiene unos 3000 integrantes de todas las partes involucradas en la cadena de abastecimiento del aceite de palma, como productores, procesadores, comerciantes, bancos e inversionistas, entre otros. La red ha desarrollado una serie de criterios sociales y ambientales que las empresas parte deben cumplir para ser certificadas como sostenibles.

No obstante, Uwaka, que es parte de Environmental Rights Action (ERA) – Amigos de la Tierra Nigeria, cuestionó duramente en diálogo con Radio Mundo Real la transparencia y credibilidad de la RSPO. Aseguró que en realidad consolida los procesos de deforestación, acaparamiento de tierras, de persecuciones de defensores de territorios y de derechos humanos, que son algunas de las consecuencias de la industria del aceite de palma en África. “Es una farsa”, reiteró.

En una línea similar se manifestó el lunes Amigos de la Tierra Internacional (ATI) [1] y el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM [2], por sus siglas en inglés). En una declaración abierta [3], que tiene la firma de más de 100 organizaciones de los cinco continentes, las dos redes denunciaron el fracaso de la RSPO en eliminar la violencia y la destrucción que generan los monocultivos de palma aceitera.

“Durante sus 14 años de existencia, la RSPO no ha cumplido su promesa de ‘transformar’ el sector de producción industrial de aceite de palma para que sea ‘sostenible’. En realidad, la RSPO ha sido utilizada por la industria del aceite de palma para maquillar de verde la destrucción y las violaciones de los derechos humanos que han cometido las empresas del sector. No solo eso, sino que la industria utiliza a la RSPO para la expansión de sus negocios y ganancias así como para la destrucción de los bosques”, dice el texto de ATI y el WRM.

Uwaka coordina el programa de Bosques y Biodiversidad de Amigos de la Tierra Internacional en la región africana. A la hora de hablar de los impactos de los monocultivos menciona los casos de Nigeria, Uganda, Liberia, Camerún y Mozambique, y se centra en la palma aceitera.

“Se cultiva porque hay mucha demanda del producto para el consumo internacional, para exportación, y porque es más barato venir a África a acaparar tierras que producir en otro lado”, lamentó. “En el nombre del desarrollo muchas compañías transnacionales vienen a los diversos países de África a producir alimentos para los mercados internacionales y ganancias para sus bolsillos, en detrimento de las comunidades que dependen de los recursos, de la tierra y los bosques, para sobrevivir”.

Uwaka agregó que esas corporaciones son incentivadas a su vez por los gobiernos nacionales que las reciben, y que ellas generan, además del acaparamiento de tierras y la deforestación, daños a la vida silvestre, destrucción de culturas, de espiritualidades y formas de vida. La activista destacó que los agrotóxicos usados en las plantaciones contaminan las fuentes de agua y afectan a las comunidades que viven de la pesca en las zonas costeras. Dijo que las mujeres son las más perjudicadas. Uwaka subrayó también las amenazas y persecuciones contra defensores de territorios y de derechos de los pueblos, y las divisiones que se generan en las comunidades como táctica para imponer el modelo del monocultivo. “Muchas comunidades son oprimidas porque esas corporaciones son poderosas e influyentes, y violentan leyes y normas ambientales”.

Consultada sobre las soluciones y alternativas al modelo de los monocultivos y de las certificaciones como la RSPO, Uwaka destacó que el agronegocio industrial no alimenta al mundo, sino que lo hace la agricultura campesina. Defendió entonces los sistemas agrícolas sustentables, la agroecología en particular, y el manejo comunitario de bosques. Para la integrante de ERA – Amigos de la Tierra Nigeria la opción es clara: “los bosques tienen que estar en manos de las comunidades, porque ellas son sus mejores custodios”.