Entrevistada en RMR, la directora de Desinformémonos [1] analizó los resultados electorales donde López Obrador obtuvo 53 por ciento de los votos el 1º de julio.
Andrés Manuel López Obrador es el nuevo Presidente de México, al obtener el 53 por ciento de los votos en los comicios de este domingo 1 de julio. De esta manera, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, obtiene un triunfo tras presentarse por tercera vez como candidato a la Presidencia.
Fueron las elecciones generales más grandes que se hayan hecho en el país, con 156 mil puntos de votación que habilitaron a 89 millones de personas habilitadas para votar, habiendo participado casi un 70 por ciento del padrón electoral.
También han sido de las elecciones gubernamentales más violentas en la historia de México, con unas 120 personas vinculadas a la política asesinadas antes de los comicios que se celebraron este 1 de julio, según datos de Amnistía Internacional.
Además, el país enfrenta una crisis de inseguridad y violaciones a los derechos humanos sin precedentes, con más de 37 mil desaparecidos y un tasa de 20 homicidios por cada 100 mil habitantes en 2017.
Para analizar este panorama electoral que destrona al PRI del poder y supone nuevos desafíos, RMR entrevistó a la periodista mexicana Gloria Muñoz, coeditora en Suplemento Ojarasca, Directora Editorial del portal Desinformémonos y Columnista en La Jornada.
Votación inédita
Muñoz destacó la masiva participación de votantes en los comicios, una votación “inédita y super motivada” que cerró la jornada del 1 de julio con miles de personas celebrando en el Zócalo de la Ciudad de México. Para la reportera este optimismo en la ciudadanía es “algo desbordado”, pero entiende que la gente es la verdadera ganadora de estas elecciones donde se votó “por el cambio, cansados de la guerra que estamos viviendo desde hace más de 12 años”.
La periodista sostuvo que la propuesta de López Obrador es “reformista, con tintes populistas y 100 por ciento capitalista”, sumado a que sus alianzan con bloques evangélicos y con los medios hegemónicos como TV Azteca “no vaticinan un cambio radical”. La clave será que la participación de la ciudadanía se mantenga activa monitoreando las promesas y acciones del Gobierno, que van desde la “austeridad” hasta bonificaciones a jubilados y jóvenes. ¿Qué hará con la ley de seguridad interior, con la privatización del agua, con los proyectos extractivistas? Son incógnitas todavía.
El gabinete se ha anunciado “paritario” porque 8 de las 16 personas que lo integrarán son mujeres, en puestos clave como las Secretarías de Energía, del Medio Ambiente y Recursos Naturales, de Economía, de Gobernación, de Cultura, de Trabajo y Previsión Social, de Desarrollo Social, de la Función Pública. Sin embargo, algunas no tienen buenas referencias, como ocurre con Olga Sánchez Cordero, candidata a la Secretaría de Gobernación, quien -como ministra de la Suprema Corte- decidió liberar en 2009 a los condenados por la masacre de Acteal.
“No comparto el entusiasmo” por este nuevo gobierno, dice Muñoz, bajo una “ola emotiva y con poca memoria”, porque prevé que las luchas sociales tampoco tendrán respuesta en esta gestión. No obstante espera que López Obrador brinde respuestas a los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, entre otras deudas que el Estado mexicano mantiene con su pueblo.