Luego de que el portal periodístico The Intercept develara el 9 de junio, a través de una serie de reportajes [1], numerosos chats telefónicos entre el juez Sergio Moro y fiscales del Ministerio Público Fiscal sobre hechos vinculados a la Operación Lava Jato, la Asociación Brasilera de Juristas por la Democracia (ABJD) pidió al Consejo Nacional del Ministerio Público que investigue a los dos fiscales implicados.
Las comunicaciones entre el jefe de fiscales, Deltan Dallagnol, y el actual ministro de Justicia y Seguridad Pública de Jair Bolsonaro demuestran intenciones políticas de juzgar y condenar a Luiz Inácio Lula da Silva para sacarlo de la campaña electoral del año pasado, en la que el ex mandatario era el candidato favorito.
En RMR analizamos las repercusiones de la filtración de estos mensajes y el futuro de Lula con la abogada Carol Proner, integrante de la Asociación (ABJD), que ha analizado la judicialización al líder del PT en el libro Comentarios a una sentencia anunciada [2].
«Los procesos contra Lula nunca respetaron su presunción de inocencia, negando sus derechos civiles y políticos. Han negado cualquier posibilidad de defensa de Lula, pero ahora tenemos la verdad».
Proner advirtió que en Brasil se vive una situación dramática: «No sabemos cuántas más personas del Poder Judicial están involucradas en este caso».
Los chats de Telegram muestran cómo Moro orientaba de forma clandestina los trabajos de investigación de la Fiscalía, lo que rompe cualquier principio de imparcialidad: «Es como si el juez y el acusador estuvieran al mismo tiempo del mismo lado del proceso. Una situación completamente desequilibrada».
Consultada sobre la posibilidad de que Lula quede libre, Proner señala que, probada la inocencia y habiendo sido juzgado sin imparcialidad, la libertad de Lula pasa hoy por una decisión más política que judicial.
«Imagina lo que sería que este ser político estuviera ahora en las movilizaciones. Lula libre sería la máquina de la oposición más impresionante que jamás se vio».