El ex mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva celebrará un acto público este sábado en la localidad de Sao Bernardo do Campo, estado de Sao Paulo, tras haber sido dejado en libertad el viernes de la sede de la Policía Federal de Curitiba, donde fue preso político durante 580 días.
Lula emitirá su mensaje a la nación hoy desde la sede del Sindicato de Trabajadores Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, donde realizó su última comparecencia pública antes de entregarse a la Policía Federal.
Al salir de la prisión ayer el ex mandatario reiteró uno de sus últimos conceptos en libertad: “No encarcelaron a un hombre, encarcelaron una idea”. Al mismo tiempo, y luego de repetir varias veces que no tenía cómo agradecer a quienes no dejaron de luchar por su libertad y le mostraron tanta solidaridad, el ex presidente prometió que volverá a recorrer el país.
Los movimientos populares brasileños y de diversas partes de América Latina celebraron la libertad de Lula, al tiempo que ya piden la anulación del proceso judicial en su contra, que le devolvería los derechos políticos.
La liberación del líder del Partido de los Trabajadores de Brasil (PT) fue determinada por el juez federal Danilo Pereira Junior, tras solicitud formal de excarcelación por parte del equipo de abogados del ex mandatario. El pedido se hizo luego que el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil revocara el jueves, seis votos contra cinco, la ejecución de prisión contra Lula después de condena en segunda instancia (sin llegar al final del proceso judicial en su contra).
La resolución del STF defendió la posición expresa en la Constitución brasileña de que la prisión de un acusado sólo puede ser autorizada después de agotar todas las instancias. En ese sentido, los abogados de Lula aún tienen varios pasos para recorrer.
La liberación de Lula no anula la condena ni le devuelve sus derechos políticos. El ex presidente deberá continuar el proceso que lo involucra en libertad.
En julio de 2017 Lula fue condenado por el entonces juez Sergio Moro (ahora ministro de Justicia del gobierno del ultra derechista Jair Bolsonaro) a nueve años y medio de prisión, por corrupción pasiva y lavado de dinero, en el marco del caso “Lava Jato”. En enero de 2018 la pena de cárcel fue incluso ampliada a 12 años y un mes (en régimen cerrado) por el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF4), de la ciudad de Porto Alegre, estado de Rio Grande do Sul.
Moro alegó que Lula sería el dueño oculto de un apartamento tríplex en el municipio de Guarujá, en el litoral del estado de São Paulo, que le habría dado la constructora OAS a cambio de que el ex presidente intercediera para conseguirle contratos de trabajo con la empresa estatal Petrobras.
La defensa legal de Lula ha alegado reiteradas veces que el proceso es nulo y que nunca han habido pruebas contra el ex mandatario. La visión de los abogados de Lula es compartida por numerosísimos especialistas legales de Brasil y diversas partes del mundo. Diversos expertos alegan además que Lula ha sido víctima de “lawfare”, que es el uso indebido de instrumentos jurídicos para persecución política.
Lula completó 580 días detenido en la sede de la Policía Federal de Curitiba, donde organizaciones y movimientos sociales mantuvieron una vigilia cercana para acompañarlo. Para esos militantes en solidaridad Lula tuvo especiales palabras de agradecimiento. Jornada tras jornada los escuchaba, desde dentro de la prisión, gritarle los “buenos días”.
En horas de ebullición de la alegría entre los movimientos sociales en Brasil, Radio Mundo Real se comunicó con el periodista de Brasil de Fato Mauro Pintos, compañero de la radio desde el nacimiento de nuestro medio, en 2003, hasta hace pocos años. Escuchamos a Mauro.