El dirigente del Movimiento de Afectados por Represas de Brasil [1] (MAB, por sus siglas en portugués) Moisés Borges, consideró que la presidencia ecuatoriana del Grupo de Trabajo que negocia en Naciones Unidas (ONU) un instrumento jurídicamente vinculante sobre empresas transnacionales y derechos humanos promueve un texto que legitima esas violaciones.
Borges, que es parte de la coordinación nacional del MAB y coordina el movimiento en el estado de Bahía, aseguró a Radio Mundo Real que la presidencia de las negociaciones lleva adelante “una metodología equivocada, autoritaria y sin transparencia”. “Y lo que más nos sorprende es que esto no es en una cámara de empresarios, sino en el Consejo de Derechos Humanos” de ONU, fustigó.
Desde el lunes y hasta este viernes, se realiza en ese Consejo, en Ginebra, la octava ronda de negociaciones del Tratado Vinculante sobre empresas transnacionales y derechos humanos [2]. El objetivo de quienes promueven el Tratado Vinculante es parar la impunidad corporativa, ante la ausencia de instrumentos internacionales vinculantes que dispongan obligaciones para las empresas y permitan el acceso a la justicia a las comunidades afectadas.
El primer día de las negociaciones molestó de sobremanera a las organizaciones y movimientos sociales que integran la Campaña Global para Desmantelar el Poder Corporativo [3] que la presidencia ecuatoriana del Grupo de Trabajo presentara un texto de su autoría, que desconoció el llamado “tercer borrador revisado” surgido de la ronda de negociaciones de 2021 [4]. Hubo absoluta coincidencia el lunes en la sociedad civil presente en la Sala XX del Palacio de las Naciones, donde sesiona el Grupo de Trabajo, en el rechazo a la “movida” de la presidencia ecuatoriana.
“Lo que él (la presidencia) titula como un documento informal, es en verdad un documento paralelo”, dijo Borges. “Cuando se lee el texto queda muy claro que es una posición de las empresas. (…) Nos parece que hay una aproximación del presidente a la Cámara Internacional de Comercio, a los empleadores, para que este Tratado no cumpla de hecho su función, que es la protección de los derechos humanos de las comunidades afectadas”, agregó el activista.
Para el dirigente del MAB no es casualidad que Estados Unidos esté participando de esta ronda de negociaciones, lo que nunca había hecho. “Ahora hay un documento paralelo que defiende los intereses de las empresas, por eso Estados Unidos está acá. El presidente (del Grupo de Trabajo) no puede defender el documento solo, entonces necesita a alguien que legitime el documento, y eso es lo que hacen la Unión Europea y Estados Unidos”.
Borges agregó que de hecho solo el bloque europeo, Estados Unidos, y un par de estados más han hecho aportes en el documento paralelo. Todos los demás países trabajan sobre el “tercer borrador revisado”. “Ese es el texto que debe negociarse [5], tiene insuficiencias pero garantías también”, dijo el dirigente, porque el tercer borrador contiene varios de los puntos defendidos por la Campaña Global para el Tratado Vinculante [6].
El representante del MAB lamentó el proceso de captura corporativa de este Grupo de Trabajo de ONU: “lo que vemos es que las empresas están capturando el proceso de construcción del Tratado, es una cosa increíble y absurda”.
Uno de los argumentos de la Campaña Global en defensa del Tratado Vinculante es que los Principios Rectores de ONU sobre empresas y derechos humanos, y el marco de la “debida diligencia” han sido completamente inefectivos [7] para defender esos derechos, entre otras cosas porque esos principios no tienen carácter obligatorio. El Tratado Vinculante que se negocia actualmente tiene carácter obligatorio, y se centra en las empresas transnacionales.
Borges explicó: “vamos a completar siete años ya del rompimiento de la represa de Mariana [8], y cinco años de Brumadinho [9], y lo que vemos es que los avances en derechos y conquistas de las poblaciones afectadas fueron por la propia lucha de la gente”. “Lo que hay hoy de leyes de derechos humanos es insuficiente”, consideró. El integrante de la coordinación nacional del MAB subrayó que el desafío ahora es retomar las movilizaciones populares en los países para presionar por el Tratado Vinculante.