El 17 de abril se conmemora el Día Internacional de la Lucha Campesina para recordar a los 19 campesinos del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil asesinados en 1996 en la “Masacre de Eldorado dos Carajás”.
Ese día, decenas de policías atacaron a unos 1500 campesinos y campesinas sin tierra en Eldorado de Carajás. Desde entonces, cada 17 de abril, se realizan miles de manifestaciones en todo el mundo para homenajearles y reivindicar el Día Internacional de la Lucha Campesina.
Desde La Vía Campesina [1], red internacional de organizaciones campesinas de base, convocaron una vez más a miembros y aliados a unificar acciones de lucha a nivel global, afirmando que “solo es posible tener Derechos Campesinos con Reforma Agraria y Justicia Social”.
Amigos de la Tierra Internacional [2] (ATI) se suma a estas acciones en solidaridad con La Vía Campesina. Martín Drago, coordinador del Programa de Soberanía Alimentaria de ATI dijo que es importante recordar este día como parte de la construcción de una vida digna:
“Es importante conmemorar este día porque siempre tenemos que recordar a aquellos que han caído, que han sido asesinados en la lucha por sus derechos. Más si lo pensamos en el contexto actual donde hay una ofensiva tremenda contra los defensores de los territorios. Rescatar la memoria histórica y recordar lo que ha hecho el capital para criminalizar, perseguir y asesinar a defensores/as es necesario para recordar de dónde vienen nuestras luchas».
Desde la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC-Vía Campesina), Diego Montón dijo a Radio Mundo Real que “la mejor manera de recordar a los campesinos asesinados en Brasil y en todo el mundo por defender su tierra, es continuando ese legado, esa lucha”.
“En todos los continentes se viene preparando un plan de lucha que tiene acciones a nivel local, nacional y regional. Como todos los años hay un fuerte eje en la lucha por la tierra y por poner en la agenda la reciente adopción de la Declaración de los Derechos Campesinos [3]”, dijo el argentino que también integra el Movimiento Nacional Campesino Indígena y el Colectivo Internacional de Derechos Campesinos de La Vía Campesina.
La implementación regional y global de la Declaración de Derechos Campesinos, como una herramienta para la defensa de las organizaciones de base, sirve para orientar el diálogo con cada Estado en el diseño de políticas públicas y promover que la Declaración sea adoptada en legislaciones locales y nacionales, como ocurrió en Colombia al incluirla en la Constitución de ese país.
Drago advirtió que el agronegocio intenta «avasallar» la comprensión popular de que el sistema agroalimentario mundial está colapsado, a base de «arrasar los territorios, con más fuerzas militares, generando medidas para reinventarse y continuar incrementando su tasa de crecimiento y de ganancia».
«Ese proceso se da en un marco más grande de avance del capital, un avance conservador político, social y cultural, el fascismo del siglo XXI -continuó Drago-. Los peligros son mayores, los desafíos son más grandes y para enfrentarlos se requiere mayor articulación con otros sectores, con las clases populares del campo y de la ciudad, abrir espectros de alianzas a partir de lo que nos une. Con el motor de quienes continúan haciendo propuestas para mejorar condiciones de vida, para desarrollar la soberania alimentaria».