Los días 28, 29 y 30 de enero se realizó la primera Junta Nacional del Coordinador Nacional Agrario (CNA) en Bogotá. Allí se reunieron unas treinta personas, entre jóvenes, mujeres y hombres de los diferentes departamentos de Colombia, para desarrollar agendas prioritarias y un plan de acción, siguiendo dentro de los mandatos de la VII Asamblea del CNA fijados en Arauca en noviembre pasado.
María Leonor Yorda, vicepresidenta del Coordinador Nacional Agrario, destacó en Radio Mundo Real que la reforma agraria y la movilización son el horizonte de lucha y la estrategia para la transformación de Colombia.
«Reafirmamos que nuestra lucha sigue siendo la reforma agraria vigente para el cambio y la transformación de una nueva sociedad. La movilización como un eje estratégico de seguir resistiendo ante el despojo, ante el exterminio del movimiento social, por la exigencia de un cambio, de una transformación de país».
En Colombia la violencia no para. Solo en lo que va de 2022, el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) ya registró 19 masacres con, al menos, 82 víctimas [1], en departamentos como Arauca, Valle del Cauca, Nariño, Putumayo y Norte de Santander. El CNA advirtió sobre estos ataques a partir del día 2 de enero, en los que al menos 20 campesinos murieron Arauca, Cubará y Toledo, por “un enfrentamiento entre el ELN y disidencias de las FARC, que sin duda generan incertidumbre en la población campesina y demás habitantes, máxime cuando esa región ya vivió una experiencia parecida entre los años 2006 y 2010”, denunció la organización [2].
«La violencia en los territorios sigue siendo constante por el establecimiento de exterminio al movimiento social, a los defensores y defensoras de derechos humanos que nos oponemos al extractivismo, que nos oponemos al modelo capitalista, porque por encima de la vida está la vida, que es el agua, los recursos naturales. Oponernos a este modelo de saqueo pone en riesgo nuestras vidas. Todo aquel que se oponga será exterminado, masacrado, desplazado, con nuevas formas de terror, de paramilitarismo, que hoy se hacen llamar ‘disidencias’, en connivencia con las fuerzas públicas».
La vicepresidenta del CNA afirmó que el campesinado sigue siendo excluido de las políticas públicas y que no se le reconocen sus derechos, a pesar de la aprobación en Naciones Unidas de la Declaración de Derechos Campesinos.
Sobre las masacres cometidas en Arauca y otros departamentos, Yorda agregó: “Ellos imponen un modelo de muerte, nosotros de vida”. Además, denunció que los territorios donde se impone terror y miedo, mediante la presencia de paramilitares y otros grupos criminales organizados, son aquellos donde la militarización se quiere profundizar para crear las «Zonas Futuro». Uno de estos territorios es Arauca, donde «hay intereses de las empresas petroleras en seguir abriendo pozos petroleros»; «como el CNA ha constituido territorios agroalimentarios campesinos, con acueductos comunitarios, donde desarrollan proyectos productivos, esto no lo ven bien (las autoridades) y por eso toda la violencia que se ha visto en las últimas semanas», explicó la referente campesina.
A pesar de este contexto, el CNA se plantea fortalecer los procesos de base presentes en 22 departamentos colombianos y llevar a cabo el plan de acción establecido por Asamblea y acordado en la reciente reunión de la Junta Nacional, a través de los bloques “Tierra y Territorio”, “Economía propia”, “Minero-energético”, “Áreas protegidas” y “Cultivos de coca, marihuana y amapola”; también mediante los bloques de Formación, Comunicación, Mujeres y Jóvenes, Organizativo e Internacional; Derechos Humanos, Guardia y Paz.
El CNA continuará con las guardias indígenas, la promoción de políticas públicas para las mujeres campesinas y la constante formación político-ideológica para seguir dando una lucha internacionalista contra estos modelos de exterminio:
«Uno de los objetivos es desarrollar la acción política con mandatos de la VII Asamblea como: la construcción de territorios campesinos agroalimentarios, que es nuestra política de la territorialidad campesina del CNA; también queremos seguir avanzando en nuestra propuesta como mujeres campesinas en la confrontación del modelo del patriarcado, el capitalismo y la explotación; así como dinamizar y fortalecer los procesos de base para desarrollar los mandatos definidos colectivamente», describió Yorda.