“La reciente decisión de Estados Unidos de respaldar la renuncia a los derechos de propiedad intelectual de la Organización Mundial del Comercio (OMC) muestra que el poder del pueblo funciona”, dijo Sam Cossar, co-coordinador del programa Justicia Económica y Resistencia al Neoliberalismo de Amigos de la Tierra Internacional (ATI).
“La presión está ahora sobre la Unión Europea (UE) y Australia para que no sigan bloqueándola. Es absolutamente inaceptable que estos países acaudalados retengan vacunas a expensas del resto del mundo y no concurran a la mesa de negociaciones en torno a la exención”, agregó.
La OMC ha estado celebrando reuniones especiales para discutir una propuesta presentada en octubre del año pasado por Sudáfrica e India, que tiene como objetivo suspender [1] el acuerdo de la OMC sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) mientras dure la pandemia de coronavirus. El objetivo es facilitar la transferencia de tecnología y conocimientos científicos a los países en desarrollo, a fin de aumentar la producción mundial de vacunas y otros equipos necesarios.
La propuesta de exención de los ADPIC cuenta ahora con el apoyo de más de 115 países. Gracias a la presión de una campaña popular masiva, Estados Unidos [2] y Nueva Zelandia [3] ahora también han anunciado su apoyo.
La presión está aumentando sobre otros estados ricos, en particular el Reino Unido, la Unión Europea, Australia, Brasil, Japón, Noruega y Suiza, que todavía están bloqueando esta oportunidad que salvaría vidas y optan por proteger las ganancias de las corporaciones farmacéuticas, advirtió Amigos de la Tierra Internacional el pasado viernes [4].
Sam Cossar declaró a Radio Mundo Real que la exención que se está negociando permitirá un acceso a las vacunas más rápido, equitativo y asequible, que podrá salvar vidas y ser la base de una recuperación justa de la crisis de Covid [5]. “La vacuna contra la Covid es un paso crucial en la construcción de una recuperación justa”, dijo.
El activista de Amigos de la Tierra Internacional explicó que renunciar temporalmente a los derechos de propiedad intelectual sobre la tecnología, el conocimiento y las licencias para la producción de vacunas contra la Covid implicará que más países y empresas puedan producirlas localmente y a un precio más bajo. “Esto permitiría que las vacunas estén disponibles más rápidamente y sean más asequibles para todos/as, especialmente para las personas del Sur global, que actualmente enfrentan largas esperas para recibir vacunas y tratamientos, algunos/as hasta 2023”, advirtió Cossar. “Muchos/as se han visto obligados/as a depender del sistema corporativo COVAX [6] para recibir vacunas, que actualmente no está brindando suministros suficientes”, agregó. La propuesta de exención de los ADPIC es entonces de gran importancia: “Nadie está a salvo hasta que todos/as estemos a salvo».
El 29 de abril, la coordinadora del Programa de Desarrollo y Propiedad Intelectual de la Red del Tercer Mundo (TWN), Sangeeta Shashikant, denunció a Radio Mundo Real [7] el hecho de que “hoy los países de altos ingresos están vacunando 25 veces más rápido que los países de menores ingresos”. “Las exenciones de propiedad intelectual son imprescindibles en el contexto de una pandemia”, agregó.
Cossar explicó que este acceso desigual a las vacunas ocurre porque “las grandes empresas farmacéuticas no están compartiendo voluntariamente la tecnología por el bien común, sino protegiendo sus ganancias. Por eso vemos un suministro de vacunas lento y desigual, lo cual es inaceptable”.
Hay advertencias de que, por ejemplo, en Asia, India [8] se enfrenta a una segunda ola mortal de Covid-19, con muertes en rápido aumento —actualmente más de 300.000 casos diarios— y un sistema de salud en colapso. La amenaza de nuevas cepas está creciendo en toda la región, donde la pérdida de medios de vida y la crisis sanitaria están teniendo un impacto devastador.
La historia es similar en África, donde solo se ha administrado un dos por ciento de todas las dosis de vacunas a nivel mundial. El continente se ha visto obligado a depender del problemático sistema COVAX.
“Vemos en nuestra federación a personas de grupos miembro como Filipinas o Togo que no saben cuándo recibirán la vacuna, y otros en el Reino Unido u otros países ricos que ya la han recibido”, afirmó Cossar. “Esta gran desigualdad es increíblemente injusta y es por eso que estamos realmente comprometidos/as como federación a exigir una vacuna de los pueblos [9] que se distribuya de manera justa y equitativa en todo el mundo”.
Amigos de la Tierra Internacional exige [10] que la exención de derechos de propiedad intelectual en la OMC sea aprobada lo antes posible. “Sabemos que cada día cuenta en esta lucha contra la Covid y que cada día que la UE y países como Australia bloqueen esta exención costará vidas”, dijo el co-coordinador del programa Justicia Económica y Resistencia al Neoliberalismo de ATI.
cambio de sistema [11] que proteja nuestro planeta y a las personas”.