El 20 de febrero la Justicia brasileña ordenó a la transnacional Vale S.A. que entregue a cada persona afectada por la masacre ambiental en Brumadinho un sueldo mínimo durante 12 meses y cada familia debe percibir además 400 reales que es el valor de una canasta alimenticia en ese país sudamericano.
Desde el Movimiento de Afectados por Represas en Brasil (MAB) celebraron esta decisión histórica. Tchenna Maso, integrante de la coordinación del MAB, estuvo presente en la audiencia judicial. En diálogo con Radio Mundo Real detalló los alcances de la decisión judicial.
Entre el MAB y Vale ya habían mantenido siete reuniones previas para coordinar las medidas de emergencia que la empresa debía tomar para responder a las necesidades de los afectados y se habían negado a brindar subsidios económicos por los daños causados. El fallo del juez no les deja margen para seguir siendo negligentes.
También ordenó la creación de una asistencia técnica independiente -elegida por los afectados- y la contratación de una empresa independiente para registrar quiénes están en situación de emergencia en Brumadinho y el Río Paraopeba, acciones que hasta el momento estaban en manos de la empresa minera transnacional.
El MAB y Vale S.A. mantendrán una nueva reunión el 7 de marzo para abordar otras cuestiones que quedan pendientes, como la situación de los trabajadores y la defensa de los derechos laborales -especialmente de aquellos «tercerizados»-, encontrar e identificar a las personas desaparecidas y evaluar la situación de otras cinco represas que tienen riesgo de ruptura inminente, como ocurría con Brumadinho, aunque otras 218 de las 24 mil represas que hay en Brasil también presentan condiciones peligrosas para las comunidades aledañas.
Pasó un mes
A un mes del rompimiento de un dique de contención de la minera Vale en Brumadinho (25 de enero) que arrojó lodo tóxico sobre ese municipio, arrasó con viviendas, escuelas, automóviles y avanzó por el río Paraopeba, se estima que hay 20 mil personas afectadas. También se han identificado 169 víctimas fatales, todavía hay 161 desaparecidos y 135 desplazados, sumado a la pérdida total de la producción agropecuaria de la zona.
«Hay niños y niñas en shock tras haber visto cómo avanzaba el lodo. Muchas mujeres angustiadas por cómo están sus familias; en la minería trabajan sobre todo los hombres, entonces ellas han quedado desahuciadas y solas a cargo del hogar». Pero, a la vez, la indignación de la gente es tal que se suman mucho más que antes a las asambleas que propone el MAB y están en plena movilización para pedir justicia.
Este lunes 25 el MAB va a organizar actos de solidaridad y de protesta en Córrego do Feijão, Brumadinho, Belo Horizonte y otras comunidades junto las familias afectadas, para alertar a la sociedad sobre las consecuencias sociales y ambientales del crimen, que destruyó el ecosistema del río Paraopeba y haber dejado graves consecuencias que se sentirán en la cuenca del río San Francisco.