El pasado 23 de enero del mes en curso fue detenido en Juxtlahuaca, poblado de la Mixteca de Oaxaca, el presunto paramilitar Daniel Martínez, quien habría estado implicado en el ataque a una caravana de paz internacional llevado a cabo en abril de 2010.
En ese ataque perdieron la vida Alberta Cariño Trujillo, directora del Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (CACTUS) e integrante de la REMA y Jyri Jaakkola, observador de derechos humanos de origen finlandés. A nueve años de lo sucedido, el asesinato de ambos compañeros sigue impune y la investigación del mismo ha sido amañada e insuficiente. Siguiendo la tónica actual dominante de menosprecio y amenaza a la vida de las comunidades, la vida de los defensores de los territorios en amenaza se encuentra en riesgo permanente por la complicidad de empresas y gobiernos.
Además de ambos asesinatos, la emboscada contra la caravana de paz dejó a su vez más de una decena de heridos, y la desaparición por más de 72 horas, de dos reporteros de la agencia informativa Contralínea y de dos defensores [1].
Con nuestra compañera Bety Cariño formamos el primer grupo de coordinación de la REMA en 2008. Aún tenemos presente su ejemplo de compromiso militante, como cuando con toda claridad advirtió en movilizaciones ante la embajada de Canadá la impunidad misma de sus empresas mineras, tolerada por el gobierno de ese país y por el gobierno mexicano.
Exigimos justicia plena ante el asesinato de Alberta Cariño y de Jyri Jaakkola
Exigimos el cese de la política de impunidad ante las agresiones contra los defensores de los territorios
Bety Cariño está viva en nuestros corazones y en la causa que nos anima